
La sorpresiva opa que MásMóvil anunció sobre Euskaltel se gana los elogios de los analistas. Los expertos descuentan que llegará a buen puerto gracias a fortalezas evidentes, como su alta prima.
Con todo, no era ésta la operación que se esperaba en las telecomunicaciones españolas. Más anhelada era una macroconsolidación, con una alianza de MásMóvil y Vodafone que redujera el total de grandes operadores a tres. Esa posibilidad se desvanece, ya que dicho pacto se antoja ya imposible, como mínimo, en este año. La expectativa de grandes operaciones corporativas no debe extrañar considerando que la persistencia de cuatro grandes operadores aún es excesiva en comparación con otros países. Pero, sobre todo, deben ponderarse las dificultades del sector. El auge de la demanda de datos crean la ilusión de que las telecos están entre las ganadoras de la crisis. Esa percepción olvida que esta actividad es atípica ya que los aumentos de tráfico no se traducen en alzas proporcionales de ingresos. De hecho, en 2021 la facturación de las mayores telecos europeas apenas subirá un 1,5%, la mitad del ya muy reducido avance del 3,1% de 2020. Los años de agresivas guerras de precios entre estas compañías hicieron que las tarifas planas se generalizaran, lo que implica que los usuarios pueden consumir mucho más, pero pagando lo mismo. En paralelo, el negocio en el que aún se aplicaban las más altas tarifas, las llamadas en itinerancia, se ha desplomado debido a las restricciones de movilidad y no es posible prever cuándo se recuperará.
El escaso incremento de sus ganancias evidencia que este sector no se encuentra entre los ganadores de la crisis
Si a todo ello se unen las cuantiosas inversiones que la implantación del 5G exigirá, sólo puede concluirse que seguirá el proceso de consolidación en el sector de telecomunicaciones español.