
El Gobierno baraja la posibilidad de auxiliar a las empresas y autónomos más afectados por la crisis aplicando quitas parciales en los créditos ICO que hayan recibido, una parte de las cuales tendrían que ser asumidas directamente por los bancos que concedieron esos préstamos.
Esta iniciativa está aún por concretarse, pero resulta lógico que despierte ya recelos en el sector financiero, e incluso en sus supervisores. Este tipo de condonaciones no se están aplicando en ningún otro país de nuestro entorno y entrañan un riesgo especialmente elevado para los bancos españoles. Aunque sus resultados en 2020 no fueron tan negativos como cabía prever, el sector en nuestro país sigue enfrentándose a un problema de una muy reducida rentabilidad, que aún le obliga a hacer profundos ajustes en su estructura de costes. El problema se agravará si la banca tiene ahora que asumir quitas, cuya cobertura le exigirá nuevas provisiones millonarias, y no está claro si recibirá algún tipo de compensación, como los créditos fiscales reconocidos en el Impuesto de Sociedades desde la crisis de 2008-2013. Conviene escuchar estas protestas, máxime considerando que el sector está lejos de ponerse de perfil ante los problemas que sufren las empresas, y aporta otras soluciones.
El sector financiero no puede permitirse asumir la condonación parcial de los créditos ICO que el Gobierno baraja
En concreto, las entidades están dispuestas a reconocer periodos de carencia más largos y refinanciar los créditos ICO para las empresas que presenten visos de viabilidad. Estas medidas también exigen provisiones, pero los bancos cuentan con unas mínimas garantías de que recuperarán lo prestado y no se creará una situación de inestabilidad que ni el sector financiero español, ni el conjunto de su economía, pueden permitirse.