Este sábado entra en vigor el nuevo impuesto sobre transacciones financieras, la tasa Tobin, aunque su liquidación se retrasa de febrero a abril.
Hacienda siempre ha intentado restar importancia al impacto de este tributo; la ministra Montero llegó incluso a asegurar que "no afecta a las familias". Pero la realidad es que hace décadas que la inversión en bolsa dejó de ser una práctica propia de élites. Cerca de tres millones de personas buscan en ese mercado una mayor rentabilidad para sus ahorros y verán cómo se encarece la compraventa de acciones de casi 60 empresas. La tasa Tobin es además todo un acicate para que la industria inversora española se deslocalice y crezcan las dificultades para los ahorradores que quieran acceder a sus servicios.
