
La epidemia convirtió el año 2020 en un ejercicio perdido para la industria española del automóvil y así lo confirma la caída del 32% de sus ventas.
El verdadero problema, sin embargo, estriba en que toda recuperación se imposibilita en 2021 por los daños que esperan a este sector más allá del Covid. La entrada en vigor, sin ningún atenuante, de la nueva normativa sobre emisiones WLTP elevará el impuesto de matriculación hasta un 14% para los vehículos nuevos. En paralelo, los carburantes se encarecerán por la aplicación del céntimo verde para financiar la transición ecológica. Son todos pasos que no sólo retraerán más el consumo. Además, socavan a la industria española del automóvil en la que los motores de combustión constituyen el núcleo.