
Las restricciones propuestas por el Gobierno para las fiestas de Navidad (toque de queda a la una, y limitación de las cenas a seis personas) tendrán un tremendo impacto en la hostelería.
En concreto, el sector apunta a que se perderá más del 50% (unos 6.000 millones) de los ingresos previstos para esa época del año. El ocio nocturno también clama contra la propuesta del Ejecutivo y advierte que, salvo que haya un rescate, a finales de enero habrán cerrado el 69% de las empresas y se perderán 140.000 puestos de trabajo. Más allá de las cifras, lo que resulta indiscutible es que las nuevas medidas para la Navidad persisten en la muy cuestionable línea de las restricciones anticovid vistas hasta ahora y en las que la hostelería ha estado siempre en el epicentro de los sectores más afectados. Así ocurre a pesar de que las empresas han hecho un gran esfuerzo de inversión para instalar nuevas medidas de seguridad y se han sometido a restricciones de aforo desde la pasada desescalada e incluso a nuevos cierres totales en algunas autonomías, como Cataluña. Todo ese tiempo no ha bastado para que exista un plan de ayuda específico para un sector casi paralizado. De hecho, y aunque se esperaba que ayer se anunciaran medidas en este sentido, el Consejo de Ministros concluyó sin que se tomara ninguna decisión al respecto, lo que deja como única tabla de salvación para la hostelería las ayudas que algunas comunidades autónomas han dispuesto en sus territorios.
Las restricciones para Navidad y la falta de un plan de ayudas específico condenan a la quiebra a la restauración y al ocio
En estas circunstancias y con la campaña de Navidad también perdida por las nuevas medidas, el sector de la hostelería está abocado a cierres definitivos y a más despidos al quedarse sin opción de esperar para aprovechar los positivos efectos que en la actividad económica tendrá la vacuna.