Los resultados hasta septiembre de Telefónica mostraron cómo, pese a la crisis, crecía en cuatro de sus mayores mercados: Reino Unido, Alemania, España y Brasil.
La buena marcha de su filial brasileña, Vivo, tiene un especial valor, considerando que ya arroja niveles de rentabilidad del 42%, similares a los de España. Es un dato que deja claro que la alta exposición de Telefónica a América Latina no debe verse como una debilidad (excluyendo a Argentina). Pero, sobre todo, conviene valorar lo mucho que aún puede aportar Vivo en el inmediato futuro. Con el récord de clientes en fibra óptica que ya ostenta en Brasil, será un motor fundamental del grupo Telefónica en cuanto se supere un factor puramente coyuntural, como es el efecto-divisa ahora adverso.