Opinión

El futuro en patinete

El patinete, protagonista de la nueva movilidad

Iniciar este artículo aludiendo a la pandemia es cuando menos reiterativo y cansado. Pido disculpas por ello, pero no podemos rehuir del Covid-19, que ha establecido un punto de inflexión en todos los aspectos de nuestras vidas. También en la planificación y la movilidad urbana.

Aunque el debate de las ciudades sostenibles no va a pillar a nadie por sorpresa, debemos aprovechar lo que ha sucedido como revulsivo para acelerar los cambios en los que ya se estaba trabajando. Ahora más que nunca, agentes privados y públicos hemos de poner la salud, la sostenibilidad y la innovación al frente para construir un futuro próspero en las ciudades, sobreponiendo ante todo la calidad de vida de los ciudadanos.

En este contexto, una gran tendencia al alza es la micromovilidad, es decir, la promoción de las distancias cortas en zonas urbanas (¡qué paradoja decir esto en tiempos de Covid!). Por un lado, consiste en fomentar el uso de transportes alternativos, como patinetes eléctricos y bicicletas, para recorrer el primer o el último kilómetro de un trayecto, combinándolo con el transporte público, en sustitución del coche.

La pandemia supone un punto de inflexión en la planificación y la movilidad urbana

En el caso de Xiaomi, nuestra gran apuesta por la movilidad urbana sostenible ya se puede ver todos los días por la calle. Cada día son más las personas que utilizan los patinetes que componen la gama Mi Electric Scooter en su día a día haciendo de su ciudad un lugar habitable, libre de humos y CO2 y más innovador.

Sin embargo, otros teóricos y arquitectos urbanos van más allá y apuestan incluso por acotar los tiempos de desplazamiento de nuestra vida cotidiana a tan solo unos poco minutos. Por ejemplo, si el devenir urbano de París se cumple, la vida del parisién estará condicionada por franjas de tan solo quince minutos. Sí, no han leído mal, quince minutos.

La alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, ha puesto en marcha el proyecto La Ville du quart d'heure, cuyo objetivo es disminuir las distancias que se hacen a diario a este intervalo de tiempo. De esta manera, se reducirá significativamente el número de coches en circulación y se promoverá el ejercicio físico y la búsqueda de transportes individuales alternativos más respetuosos con el medio ambiente. Esto no solo se conseguirá poniendo estos modelos de transporte al alcance de todos, sino que en paralelo hará falta alterar la planificación urbana al completo para que las distancias sean más cortas.

Más ambicioso aún es el proyecto de Nordhavn en Copenhague (Dinamarca), una zona portuaria que prevé albergar a 40.000 habitantes y 40.000 oficinas en los próximos 50 años. Quieren convertirla en la ciudad de los 5 minutos, el tiempo máximo de desplazamiento y en el que se pueda acceder a cualquier servicio.

Hace unos años habría sido algo imposible de imaginar, pero ya es una realidad. ¿Lo conseguiremos en España? No podemos predecir el futuro para contestar esta pregunta, pero sí podemos empezar a trabajar ya como país siguiendo esta senda de pensamiento sostenible a largo plazo, con el único propósito de lograr un cambio real y significativo en la vida de todos. Un cambio en el que la innovación tecnológica sea la palanca.

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