La próxima rebaja del tramo autonómico del IRPF en Madrid llevará la brecha fiscal de esta autonomía respecto a Cataluña a niveles récord. Un contribuyente que gane 30.000 euros anuales pagará casi 500 euros más en esta última autonomía que en Madrid.
El resultado de las dispar uso que cada uno de los dos territorios hace de su legítima capacidad para competir fiscalmente. En Cataluña ni siquiera la epidemia del Covid disuadió a la Generalitat de acometer el alza de impuestos que planificó mucho antes de la crisis. Madrid, por el contrario, responde como exige una recesión histórica, fomentando la demanda interna mediante rebajas fiscales. Afianzará así la posición que disfruta desde hace años como polo de atracción de inversiones y de empleo cualificado.
