
Desde hoy, y durante 15 días, cuatro millones de catalanes están llamados a volver permanecer en sus casas.
El recurso a esta especie de semi-confinamiento es el colofón de una crisis que la Generalitat fue incapaz de manejar desde su inicio. Los argumentos del presidente Quim Torra ante una situación tan grave son insostenibles. Durante el estado de alarma culpó al Estado de la gran incidencia de la pandemia en Cataluña; ahora, tras recuperar todas las competencias sanitarias, Torra sigue culpando al Estado. Semejante incoherencia delata que el único culpable de la regresión que sufre esta autonomía es el propio Govern. Su fractura interna, entre JxCat y ERC, impide que esté a la altura que la protección de sus ciudadanos demanda.