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Los presentadores de televisión Jorge Javier Vázquez y Belén Estebán

La pasada semana Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez tuvieron una bronca por cuestiones políticas que acabó con Jorge Javier (presentador del programa) abandonando el plató. Luego hubo, naturalmente, reconciliación, supongo que a instancias de la empresa.

Vázquez siempre ha expresado su pensamiento político, que es muy sesgado hacia la izquierda. De hecho, la bronca con Belén Esteban fue a causa de las críticas –a mi juicio más que justificadas- de la Esteban hacia la política sanitaria del Gobierno frente al virus chino.

En la noche del jueves Belén Esteban acudió a cenar al Mercado de Barceló y allí se le acercó mucha gente para animarla y darle la razón en su disputa.

Hace ya unos meses, a Vázquez, en uno de esos ataques izquierdistas se le fue la mano en su crítica a Vox, lo cual provocó la respuesta airada de Santiago Abascal:

"Les presento al auténtico Kim Jong Vázquez, que se dedica a demonizar y a insultar histéricamente a cuatro millones de españoles (los votantes de Vox) y a allanar el camino de la violencia contra ellos. No te lo vamos a permitir, millonario progre".

Pese al izquierdismo de Vázquez, Kiko Matamoros, uno de los colaboradores de Tele 5, preguntado por la ideología del programa, dijo lo siguiente: "Vamos a ver, el 90% de los personajes que salen en ese plató son más de derechas que las almejas. De puertas afuera lo llevan estupendamente. De puertas adentro no tan bien".

Las expresiones políticas disparatadas no las ha inventado Jorge Javier Vázquez, pues, por ejemplo, Xavier Sardá, cuando dirigía Crónicas marcianas, no se cortaba un pelo. Manuel Jabois ha recordado un caso verdaderamente notable ocurrido durante la segunda guerra de Irak en 2004, declarada por Bush porque, según él, Sadam Hussein poseía "armas de destrucción masiva". Como las armas no aparecían Bush hizo la siguiente gracia durante la cena de la Asociación de Prensa: se agachó tras unos muebles diciendo "tienen que estar en alguna parte". Xavier Sardá le llamó hijo de puta y después y entre ovaciones, baboso, capullo y de nuevo hijo de puta.

George Bush me pareció siempre un personaje político detestable, aunque al lado de Trump parezca Jefferson. Ahora bien, los insultos del calibre con los cuales le calificó Sardá no retratan a Bush sino a Sardá.

Doña Belén Esteban, a quien no suelo ver en televisión, me ha parecido y me parece una persona apreciable, y a este propósito voy a contar una anécdota. Hace unos años, la editorial Planeta invitó a sus autores a un aperitivo en un lugar muy hermoso de Barcelona. En un determinado momento, entró Belén Esteban (también autora de la casa) y nadie, absolutamente nadie, de los escritores allí reunidos se acercó a saludarla. Me pareció un acto de soberbia intelectual y sobre todo de mala educación, así que me acerqué a ella, la invité a sentarse y fui a buscar dos copas de cava con las cuales brindamos y bebimos. La invité a comer, pero me dijo que tenía un compromiso.

Días después, mis primas, fieles seguidoras del programa, me contaron que Belén me había agradecido el gesto "tan simpático" con ella.

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