
El Rey clausuró la cumbre que CEOE desarrolló en Madrid desde la semana pasada. Felipe VI elogió el "constante desvelo de las empresas por impulsar la economía" y compensó así el injusto trato auspiciado por el Gobierno desde el inicio de la crisis.
El esfuerzo empresarial por evitar despidos, desahucios y otros daños sociales no fue reconocido por el Ejecutivo en una gestión marcada por las decisiones unilaterales y sin consenso. Las empresas también fueron marginadas en la desescalada como evidencia el hecho de que tuvieran que promover su propio foro para hacerse oír. Una situación así no puede volver a repetirse ahora que, como el Rey subrayó, "la actitud comprometida y proactiva" que caracteriza a las firmas es más importante que nunca.