
La vicepresidenta Calviño abre la puerta a recortes del ya muy elevado gasto no productivo del Gobierno. No es sólo una declaración de intenciones. Calviño bosqueja ya una hoja de ruta al mostrarse proclive a que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal haga de nuevo informes sobre cuáles son los desembolsos susceptibles de rebaja.
Esta actitud de la vicepresidenta tendrá una resonancia positiva en la UE. Es cierto que el nuevo plan de ayudas de la Comisión no alude explícitamente a supresión de gastos en su condicionalidad. Con todo, el hecho de que Bruselas prevea un déficit estructural superior al 5% aún en 2021 refleja su preocupación por el desequilibrio presupuestario español, para cuya corrección es ineludible atajar el gasto.