La vicepresidenta Calviño reafirma la intención del Gobierno de evitar cualquier tipo de recorte del gasto público. Su insistencia en que la UE no se refiere a este tipo de ajustes cuando reclama reformas es discutible, considerando que la Comisión fue clara al alertar de que el déficit estructural español superará el 5% tanto este año como el siguiente.
Pero sus posibles perjuicios amenazan con ser aún mayores. Toda ayuda europea a España va a estar sujeta a condiciones. Así ocurrirá incluso con el fondo de transferencias directas, por valor de 500.000 millones, por el que abogan Francia y Alemania. Resulta imposible creer que los Estados miembros darán libre acceso a esos recursos a un país que se niega a hacer esfuerzos reales por bajar su déficit y su deuda.