Opinión

El virus potenciará la revolución digital

El componente tecnológico impulsará al Nasdaq durante mucho tiempo tras la pandemia

Tiene toda su lógica que el Nasdaq sea el índice que menos ha caído y qué más rápido se ha recuperado en esta crisis. Porque este virus no solo no detendrá la revolución digital sino que la va a potenciar.

El seis de febrero de este año escribía que, según avanzara la revolución digital, el índice de referencia bursátil más utilizado se parecería cada vez más al Nasdaq y menos al Dow Jones. No voy a aburrirles explicando de nuevo porqué, baste con darse cuenta hasta qué punto la economía digital y las compras online de bienes y servicios van sustituyendo de forma inexorable a lo que ha venido en llamarse economía "analógica". No en todo, evidentemente, pero si en los grandes capítulos de la producción y el consumo.

Las compras 'online' de bienes y servicios sustituyen a la economía 'analógica'

Cuando se desató el pánico del coronavirus insistí en lo ridículo que me parecía que cayeran valores como Amazon o Netflix. Bastaba mirar a nuestro alrededor para ver que en realidad eran los beneficiarios de esta situación, no las víctimas.

Ahora me llama la atención que muchos analistas digan que el efecto será sólo a corto plazo. Yo creo que no se puede hablar de corto plazo cuando la normalidad absoluta en lo referente al distanciamiento social no se alcanzará hasta que esté disponible una vacuna. Hasta los expertos más optimistas hablan de un plazo de como mínimo año y medio, si no dos. Tengamos en cuenta que no se trata solo de descubrirla y probarla, tiene que estar en todas las farmacias. Y eso significa fabricar millones de dosis.

Firmas como Amazon o Netflix son los grandes beneficiados de esta situación, no las víctimas

Salvo que el virus desaparezca de la noche a la mañana, en los próximos dos años asistiremos a cambios en los hábitos de consumo y trabajo que acabarán haciéndose estructurales. La sustitución de lo analógico por lo digital se basa en que el nuevo servicio es mejor, más cómodo, más barato, o las tres cosas a la vez. Así, el hecho de obligar a gran parte de la población a probar el servicio digital servirá para que, una vez superado el periodo duro - el del aprendizaje -, se queden sólo con las ventajas. El distanciamiento social se convertirá en el mejor agente comercial que pudieron tener nunca los servicios digitales.

Millones de personas de más de 65 años no tendrán más remedio que comprar por internet. Ir a una gran superficie resulta más arriesgado que recoger paquetes en el descansillo de la escalera o en el jardín. Poco a poco se darán cuenta de que también es más cómodo. Cuando puedan salir con normalidad preferirán dedicar su tiempo a pasear, tomarse un café en una terraza o comprar ropa en una boutique del centro.

Asistiremos a cambios en los hábitos de consumo y trabajo que acabarán siendo estructurales

También se convertirá en una necesidad vital utilizar servicios online, como pueden ser los bancarios o los de asesoramiento financiero. Para un jubilado lo de hacer cola en una entidad bancaria se ha convertido en un deporte de riesgo. Y es innecesario. Cuando vean las ventajas de no tener que trasladarse o hacer cola se convertirá en una costumbre. Y lo anterior son sólo ejemplos de una larga lista.

Se puede decir exactamente lo mismo respecto a los productores. Hasta que no haya una vacuna se mantendrán las medidas de distancia de seguridad en oficinas y fábricas. Esto afectará al teletrabajo. Gobiernos y sindicatos no tendrán más remedio que eliminar las trabas que, como ocurre en España, ponen actualmente a esta actividad. Que aumente el teletrabajo tiene muchísimas implicaciones económicas. Imaginemos, por ejemplo, lo que aumentará la demanda de software de calidad para reuniones online, para trabajar en la nube, ancho de banda, etc. Que cayeran las acciones de Microsoft un 30% es otra de las cosas más estúpidas que he visto en esta crisis. Una más de las magníficas oportunidades de compra que ha generado.

Nuestro Gobierno debe convencerse de que no se puede vivir solo del turismo

¿Y qué me dicen de las fábricas? Aquellas que no estén ya robotizadas tendrán que hacerlo o cerrar. Cualquier actividad o cadena de producción en la que la gente no esté a más de 2 metros de distancia será inviable. No hace falta ser un genio para entender que la robótica llegará incluso a las actividades más sencillas, donde precisamente todavía hay cadenas de producción intensivas en uso de mano de obra humana.

No señores, no: el coronavirus no detendrá la revolución digital, lo que hará es potenciarla. A lo mejor incluso convence a gobernantes un tanto obtusos como los que hemos tenido nosotros en los últimos 10 años de que no se puede vivir solo del turismo y la hostelería. Y que participar en la revolución digital no es un capricho sino una necesidad, con o sin virus. Pero esa es otra historia.

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