
Son las 16 horas y aún no había acabado el Consejo de Ministros que a las 14 horas había previsto explicar las medidas de "la desescalada". Parece que no es fácil llegar a un acuerdo en este Gobierno de coalición. Cuando los Gobiernos eran mono color, las reuniones de Subsecretarios llevaban muy consensuados los temas y los Consejos de Ministros eran ágiles. Ahora parece que se dialoga o, mejor dicho, se discuten mucho los temas en el propio Consejo y por eso se alargan sus reuniones ¿Improvisación o descoordinación?
Las decisiones sobre la desescalada no son fáciles. Hay que tener en cuenta tres tipos de criterios: el sanitario, el económico y el socio-político. Lo primero es acompasar la decisión a la evolución de los datos de contaminados, muertos y curados. Los expertos en pandemias aconsejan el nivel de desescalada según estos números. Por otra parte, empresas y familias tienen que conseguir ingresos y para ello hay que recuperar la rutina productiva y comercial. Los ciudadanos de diversos colectivos también tienen un aguante limitado al confinamiento. La tensión se va acumulando, el Gobierno puede encontrarse con una explosión de rabia repentina e inesperada que aprovechará la oposición para criticarlo. Es la dimensión socio-política.
Lo importante es que exista certidumbre con el plan y que no haya bandazos
El Gobierno tiene los datos sanitarios, puede compulsar la situación económica y debe analizar el nivel de crispación. Una crispación que puede ser diferente por territorios y grupos sociales. Por ejemplo, la presión de la opinión pública ha obligado a mitigar el confinamiento de los niños. Lo mismo puede pasar con muchas personas mayores, porque quieren salir a pasear o tener ingresos. Canarias está pidiendo el desconfinamiento para recuperar su economía dependiente del turismo.
¿Qué criterios han influido más en el plan expuesto por el Gobierno? Parece que ha tenido en cuenta los sanitarios, no podía ser de otra forma. También al mundo económico que urge recuperar la actividad. La presión social y política ha tenido menos peso en la decisión. La oposición se queja de que no se le ha consultado y las Autonomías han hecho llegar sus sugerencias pero aún no se ha pactado el plan con ellas.
De momento la disciplina ciudadana se ha mantenido. Pero este mismo domingo ya se han visto como las calles se desbordaban con más personas de lo conveniente El cansancio puede producir un efecto desestabilizador y en un momento determinado explotar. El Gobierno debe mejorar su sensibilidad a esta dimensión.
La desescalada, según el plan anunciado por el Presidente, será gradual, asimétrica y dinámica (¿inconcreta?). Diferente según territorios, sectores económicos o grupos sociales. Por eso va a ser delicada y puede ser incontrolada. Cuanto más diferencias haya en territorios, sectores económicos y grupos sociales más difícil será controlar su desarrollo.
Lo mismo que se ha dado una sensación de improvisación en la escalada y en la imagen de los Consejos de Ministros, se puede dar en la llamada desescalada
No basta con cambiar el nombre del Comité que toma las decisiones diarias. Lo importante es que haya certidumbre en el plan en plazos, territorios, sectores económicos, grupos sociales; que sea claro y de posible cumplimiento y, sobre todo, que no haya bandazos. Pero el Presidente dió impresión de improvisación.
La improvisación se desprende de los Consejos de Ministros caóticos y poco preparados. También de las comparecencias públicas de los miembros del Gobierno, incluido el Presidente, llenas de circunloquios y que, por tanto, diluyen la claridad de las propuestas. El Presidente ha dicho ayer mismo que llevan un mes preparando este plan. Entonces ¿por qué cinco horas y media en el Consejo de Ministros? ¿Estaba o no preparado?
Al plan el Gobierno le llama "de transición a la nueva normalidad" ¿Que significa el adjetivo "nueva"? Normalidad es lo de siempre, lo que suele ocurrir. Los comunistas hablan de democracia popular. Pero democracia es simplemente democracia, como lo normal es eso, lo normal.
Toda la comparecencia del Presidente estuvo llena de condicionales y futuribles (se mantendrá, se dictarán, se permitirá...). Sobre la duración habló de la duración mínima, y luego de la posible duración máxima, pero de manera inconcreta.
Probablemente no puede ser de otra manera. Pero lo mismo que se ha dado una sensación de improvisación en la escalada y en la imagen de los Consejos de Ministros, se puede dar en la llamada desescalada hacia la normalidad. Hay que ser más concreto y dar confianza y con lo que vimos ayer hay la sospecha de que puede no ser así.