
El coronavirus, además del coste humano debido a su rápida propagación, está teniendo un impacto terrible sobre la economía. La paralización de la actividad económica en países enteros comportará, a buen seguro, revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento que a estas alturas son imposibles de cuantificar. Como las bolsas recogen expectativas, hemos asistido a una espiral de caídas que parece no tener límite, igual que el coronavirus no discrimina entre jóvenes y mayores, las caídas afectan por igual tanto a buenas compañías como a las menos buenas. Todas sin excepción se ven afectadas.
Por una vez, y sin que sea habitual, nos tenemos que fijar en China, país a quien siempre se acusa de copiar a Occidente. Ahora es el modelo a seguir, no sólo en la gestión de la crisis sanitaria con el confinamiento de la población para evitar la propagación de la pandemia, sino también porque al ser el primer país afectado, ya estamos conociendo el impacto en las magnitudes macroeconómicas.
Hasta la fecha y con cifras correspondientes al mes de febrero: PMI Caixin Servicios 26,5 (anterior 51,8); PMI Caixin Manufacturas 40,3 (anterior 51,1); la balanza comercial se sitúa en -7.090 millones de USD (anterior +47.210 millones de USD), con una fuerte caída de las exportaciones; la producción Industrial en un -13,5% anual (anterior +6,9%, y las ventas al por menor -20,5% anual (anterior +8%). En las próximas semanas, cuando se empiecen a dar a conocer las cifras de marzo en Europa y en Estados Unidos, veremos sin duda cifras similares a las de China.
Aun así, también hay que decir que ya aparecen los famosos brotes verdes en la economía china, puesto que las fábricas vuelven a abrir y las cuarentenas se van levantando, y esto permite a los ciudadanos continuar con el curso de sus vidas.
Es una buena noticia que ya se empiecen a ver brotes verdes en la economía china a pesar del coronavirus
Puede dar la sensación de que no se está haciendo nada y no es el caso. Se está buscando evitar un cataclismo económico y por eso hay una coordinación entre los diferentes países y bancos centrales. Estados Unidos, como primera potencia económica mundial, han rebajado el precio del dinero en 150 puntos básicos en sendas reuniones de emergencia (50 puntos básicos el 3 de marzo y 100 puntos básicos el 15 de marzo) hasta el rango 0%/0,25%, ha incrementado el balance de la Reserva Federal en 700.000 millones de dólares y también ha inyectado liquidez en el sistema. El Banco Central Europeo ampliará su programa de recompra de activos en 120.000 millones de euros, mientras el Banco de Japón destinará hasta el equivalente de 190.000 millones de dólares a la compra de ETF. Australia, Nueva Zelanda y Canadá, también han rebajado el precio del dinero entre otros.
Se está buscando evitar un cataclismo económico y por eso hay una coordinación entre los diferentes países y bancos centrales
En el ámbito fiscal, Italia destinará 25.000 millones de euros, equivalentes al 1,4% del PIB, a combatir la crisis derivada del coronavirus. El Reino Unido destinará 30.000 millones de libras, que equivalen al 1,3% de su PIB, a la misma causa. Alemania, Japón, Hong Kong, Australia, Corea del Sur y China, han adoptado medidas de expansión fiscal para contrarrestar los efectos de la pandemia.
Es muy fácil decir a un inversor que mantenga la cabeza fría en un momento donde su cartera acusa fuertes pérdidas. Pero a pesar del miedo, no se tiene que perder la esperanza y es justo decir que el coronavirus acabará desapareciendo del mismo modo que apareció. Eso sí, con un elevado coste humano y económico. Si somos racionales, a pesar de que la economía se pare durante seis meses a lo sumo, una vez empiece la recuperación, las compañías volverán a generar valor para sus accionistas. Ahora nos parece que ya no volverán a generar beneficios en la próxima década.
Es difícil hacer un pronóstico sobre cuándo los mercados darán la vuelta. Tendremos que ver si alguno de estos factores se manifiesta: por un lado, una política fiscal más agresiva i creíble (Alemania solo ha puesto 3.100 millones de euros sobre la mesa), por el otro que el coronavirus haga su pico y de muestras de estacionalidad y finalmente que se tome conciencia de la sobre reacción que están teniendo los mercados sobre vendidos y con un exceso de pesimismo.
Así, las valoraciones se encuentran lejos todavía de las alcanzadas durante la crisis de 2008. Actualmente el S&P500 cotiza a 14,5x beneficios con una caída desde máximos del 27% sin tomar en consideración la evolución del día de hoy 16 de marzo. En 2008, desde máximos, el S&P500 cayó un 57% dejando la ratio P/E en 10,2x. De las 3 últimas recesiones se extrae una caída promedio del 42% con un P/E de 11,4x. Todavía podemos asistir a correcciones, pero el final de éstas está próximo.