Opinión

Amenaza grave para la economía

Incrementos de impuestos en un escenario de recesión al que nos aboca el coronavirus carece de sentido

España cumple su primera semana bajo el estado de alarma con apenas certezas acerca de cuál será la duración y el impacto de la epidemia del coronavirus. En el terreno económico, resulta indudable que una crisis de este tipo no puede tener los mismos efectos que una guerra o un terremoto, en términos de aniquilamiento de capacidad productiva.

A ello, debe añadirse la gran capacidad de consumo que ahora está completamente inactiva. Sobre esta base, son muchos los expertos que han pronosticado la rápida recuperación de una crisis que no es estructural, sino que se debe a un factor coyuntural que, con el tiempo, debería ser dominado. Sin embargo, el gran riesgo radica en la duración que este problema puede presentar. En EEUU se manejan cálculos que extienden sus efectos en un periodo cercano a los dos años. Un lapso de tiempo tan largo amenaza con tener efectos especialmente negativos en la UE y, sobre todo, en España. Es por ello que los expertos consultados por elEconomista manejan unas amplias horquillas a la hora de prever cuál será la hondura de la recesión a la que el PIB español está abocado. La caída fluctúa así entre el 1,5% y el 8% del peor de los escenarios. En el mercado laboral, se antoja ya inevitable la destrucción de todos los puestos de trabajo creados desde marzo de 2019, cerca de un millón.

Lo que parecía hasta ahora una crisis coyuntural amenaza con una recesión de entre el 1,5 y el 8% en España

Las medidas tomadas, en especial las garantías en el mantenimiento de la cadena de liquidez, son sin duda imprescindibles, pero el elevado daño que supondría un periodo de confinamiento y parálisis de la demanda de entre tres y cinco meses continúa en vigor. La amenaza de un hundimiento económico comparable al sufrido en la crisis de 2008 es real.

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