
El Ibex se tomó ayer un respiro en su racha de vertiginosos descensos de los últimos días, y cerró la sesión con un avance superior al 6%. En este incremento, tuvó un importante papel la modificación de la normativa sobre inversiones procedentes del extranjero que anunció el presidente Pedro Sánchez, en el marco de su plan de choque para combatir los efectos económicos de la crisis del coronavirus.
En concreto, la modificación pone importantes limitaciones a las ofertas públicas de adquisición que se lancen sobre empresas que se consideren estratégicas. No se le puede reprochar a esta disposición que atente contra las normas básicas de la libre competencia. Su alcance se limita a empresas ajenas a la Unión Europea. Con todo, lo realmente importante es que responde a una situación excepcional como la que los recientes desplomes bursátiles han planteado.
Grandes corporaciones cotizan ahora a un precio mucho más barato de lo que correspondería por sus fundamentales, después de sufrir retrocesos de dos dígitos. Se han colocado así en una situación de vulnerabilidad que ha despertado preocupación en los sectores de las telecomunicaciones, el energético y el bancario.
Muchas firmas de sectores estratégicos cotizan a precios muy inferiores a sus fundamentales y están a tiro de opa
La enorme volatilidad que domina el mercado indica que ese estado sólo se agravará en las próximas semanas. El Gobierno, por tanto, acierta al escuchar las reclamaciones de las firmas más afectadas y poner coto al desembarco de inversores oportunistas, cuya acción amenaza con graves perjuicios para todo el sistema productivo..