Opinión

El cierre de Madrid

Las medidas que el Gobierno ha tomado para frenar el coronavirus llegan tarde

El coronavirus se propaga más rápido en España que en Italia. Cuando se contabilizaban cerca de 5.000 contagiados y casi un centenar de muertos Pedro Sánchez aún no había hecho nada. En todo momento ha ido por detrás de los acontecimientos. Madrid, que se ha convertido en el centro de la pandemia con la mitad de contagiados y fallecidos tenía que haber quedado aislada desde hace semanas.

Portugal sin muertos y menos de un centenar de contagios, por el contrario, no ha arrastrado el culo a la hora de declarar el estado de alerta e Italia no ha dudado ni un minuto en aislarse. A este paso, España se va a convertir en muy pocas semanas en el país con más contagiados de Europa. En ese momento se fijará la idea de una segunda gripe española lo que destrozará la marca España y hará un daño irreversible a nuestro turismo. ¿Quién va a ir en el futuro a Wuhan de vacaciones?

Las medidas que el Gobierno ha adoptado hasta ahora han sido equivocadas

Es difícil entender por qué nuestras autoridades no han visto la crisis del coronavirus cuando desde hace dos meses era evidente la que se nos venía encima. Cuando los demás tomaban medidas para frenar el contagio, Irene Montero se enzarzaba con la vicepresidenta Carmen Calvo sobre la ley de Libertad Sexual. Esta situación recuerda a la del 2008 cuando Zapatero y Solbes negaban la crisis de las hipotecas basura. Aquella fue la razón por la que adoptaron medidas equivocadas y por la que todos los españoles tuvimos que pagar un altísimo precio. Ahora ha sido Calviño quien ha minusvalorado el impacto económico de la pandemia hasta que le ha estallado en las narices.

¿Quién es el responsable que vayamos por detrás de los acontecimientos? Pedro Sánchez se ha escudado en Fernando Simón para argumentar que han hecho una gestión "científica" de la pandemia. Éste a su vez, argumenta que no se ha equivocado, el problema es que las cosas cambian a gran velocidad. Los dos son unos falsarios como empíricamente ha quedado demostrado con los datos en la mano.

Tanto Sánchez como Simón, tanto monta monta tanto, se han equivocado gravemente en el diagnóstico que han hecho de la pandemia. Como consecuencia de este error, las medidas que se han ido adoptando desde el Gobierno han sido erradas. No es posible que el domingo 8 se diga que "no hay contagios comunitarios" y al día siguiente todo lo contrario. No se entiende que España mantuviese abierto el espacio aéreo con China e Italia a pesar de lo que estaba pasando. Es difícil de explicar que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se opusiera al cierre de los colegios decretado por la Comunidad de Madrid. Tan incomprensible como que fuera la administración la que se resistiese como gato panza arriba a que se anulase el Mobile de Barcelona…

Tal dejadez, amparada en aquello "de no provocar la alarma en la población" es la causa fundamental de que nadie se haya tomado en serio al coronavirus hasta que lo hemos tenido encima ¿quién ha confundido a quién? ¿Fernando Simón a Pedro Sánchez, o ha sido éste quien ha instrumentalizado al médico epidemiólogo?

Sánchez, apoyándose en los consejos "científicos" que le daba Fernando Simón, no hizo absolutamente nada mientras el coronavirus seguía incubándose. Resulta muy ilustrativo repasar la veintena de ruedas de prensa del portavoz de crisis sanitarias para explicar la situación y no hacer caso al viejo refrán castellano de "cuando las barbas de tus vecinos veas cortar pon las tuyas a remojar". Ni una pizca de sentido común porque "científicamente" estaba demostrado que no había "contagios comunitarios" todos eran importados.

Y lo más asombroso es que la mayoría de los periodistas que cubrían la información y los tertulianos hicieron de palmeros del poder. Se olvidaron que la principal función de la prensa es la crítica para evitar que las cosas se hagan mal. Increíblemente sus dardos se dirigieron contra el jefe de la oposición Pablo Casado por hacer electoralismo con la salud pública, cuando el tiempo ha demostrado que debían haber hecho exactamente la crítica contraria: denunciar la dejadez del Gobierno por haber actuado demasiado tarde.

Como en la película de Alfred Hitchcock El hombre que sabía demasiado (1956) algún día sabremos lo que de verdad ha sucedido.

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