
El riesgo de cierres de plantas industriales resurge en España. Alu Ibérica, la propietaria de las antiguas plantas de Alcoa en La Coruña y Avilés, amenaza con no fabricar aluminio en esas instalaciones, lo que pone en peligro 600 empleos. Una vez más, la causa del conflicto estriba en la persistencia de los precios energéticos en niveles excesivamente altos para las empresas.
De hecho, en los últimos meses, la situación ha empeorado para las fábricas. Así se vio en diciembre, en la subasta que fija las contrapartidas que los grandes demandantes de electricidad reciben por desconectarse de la red para evitar sobrecargas (la llamada interrumpibilidad). Esas compensaciones se redujeron un 90% respecto a la puja anterior. El sector esperaba recibir un alivio a ese recorte con la llegada del esperado estatuto de los consumidores electrointensivos, que ha acumulado una gran demora. El documento, sin embargo presenta visos de carecer de la suficiente ambición, según señalan Alu Ibérica y otras firmas industriales. La expectativa de que el precio del megawatio/hora descendiera por debajo de 40 euros se ve defraudada, ya que la horquilla que ahora se maneja aún oscila entre 45 y 49 euros. Una vez más, quedan en la cuneta soluciones de mucho mayor alcance, como eximir a la industria de los peajes (la parte regulada de la factura energética) más cuantiosos. Países de nuestro entorno como Alemania llevan años haciéndolo, y han logrado reducir el precio del megawatio drásticamente, al entorno de los 32 euros. Es cierto que supondría un alza en el recibo del resto de consumidores, pero es probable que aquellos lo acepten a cambio de asegurar la permanencia de las fábricas y de los empleos de alta cualificación que crean.