
Mientras en el PSOE los barones siguen lubricándose, con tanta resignación como indolencia, a la espera que el dúo Sánchez-Junqueras les regale vaselina para Reyes, las aguas tampoco corren limpias en el Partido Popular donde el silencio de muchos y significados dirigentes nacionales y líderes territoriales no oculta "el abatimiento de un discurso sin discurso y una estrategia sin estrategia", en palabras de uno de estos próceres aludiendo al "inmovilismo negacionista" de Pablo Casado y su núcleo duro para ofrecer a Sánchez la alternativa de un gobierno constitucionalista que evite la aberración de ese ejecutivo Frankestein en manos de quienes quieren destruir España.
La mayoría de votos que están perdiendo PSOE y Cs no van al PP sino a la abstención
Desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Castilla y León y no pocas voces en Madrid, han trasladado ya a la dirección la necesidad de dar un paso al frente que consolide la imagen del PP como un partido de Estado que antepone los intereses de España a las aspiraciones partidarias y las ambiciones personales. Un gesto en la línea que ha propuesto Inés Arrimadas y que le aleje de Vox y de esa táctica del "cuanto peor mejor" que parece haberse impuesto entre la actual cúpula de Génova, donde apuestan por dejar gobernar a Sánchez con los populistas y los independentistas, en lo que se antoja una legislatura corta, para luego volver ellos como salvadores de la Patria, en una reedición de lo ocurrido en 2011 con Rajoy y Zapatero.
Una apuesta arriesgada porque como decía un destacado dirigente empresarial "en un año o año y medio España puede quedar como un solar", y porque nadie asegura que en ese tiempo vayan a convocarse nuevas elecciones ni en qué condiciones se celebrarían. Y tampoco se está viendo que este posicionamiento esté favoreciendo las expectativas electorales del PP. Los resultados de la mayoría de las encuestas realizadas desde los comicios de noviembre muestran que la mayoría de la pérdida de votos que están teniendo PSOE, por la negociación con ERC, y Ciudadanos no van al saco de los populares sino hacia la abstención, mientras que el voto de la radicalidad sigue engordando a Vox, que se ha convertido en el auténtico rival por la supremacía de la derecha. Los resultados del sondeo de ERC Report publicado este fin de semana en La Razón le da 49.000 votos y dos escaños más al partido de Abascal.
Dirigentes nacionales y líderes territoriales del PP critican el "inmovilismo negacionista" de Casado y piden un paso al frente para ofrecer la alternativa de un gobierno constitucionalista
Pero si descendemos al mapa de los resultados autonómicos los datos semanales del Electopanel reflejan como en Andalucía Vox alcanza ya el 20 por ciento de la intención del voto válido frente a sólo el 0,2 por ciento que representaba en 2016. Y lo mismo pasa en Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, además de que es ya el primer partido en Murcia -el distrito de Teodoro García Egea- en Ceuta y en Melilla. Circunscripciones todas ellas donde Vox está recibiendo también votos del PSOE.
"Es la hora de demostrar que el PP es un partido útil para España y para la gobernabilidad" y si Sánchez rechaza la mano tendida "la culpa será suya y quedará a los ojos de los españoles como el hombre que prefirió vender España para satisfacer sus ambiciones", argumentan quienes defienden el acercamiento, mientras se preguntan que teniendo frente a frente una grave crisis económica y territorial "¿a qué viene empeñarse en declarar la guerra a Francia?"