Opinión

Contra la gratuidad

La decisión del Ayuntamiento de Madrid de regalar el abono a los mayores no es necesaria

Un dicho popular asegura que "lo barato sale caro". No sé si tal aserto corresponde siempre a la verdad, pero sin duda es más cierto lo siguiente: Todo aquello que se ofrece gratis es despreciado por parte de quien lo recibe y, además, le sale caro al bolsillo de los contribuyentes. Por eso no se entiende que en Madrid el Partido Popular haya ofrecido en su programa electoral viajar "gratis total" a las personas mayores de 64 años, lo cual significa la pérdida de un dineral para el Consorcio de Transportes. Un coste que nadie va agradecer ni nadie ha demandado.

¿A qué viene este regalo, y más teniendo en cuenta que el abono anual de transporte le cuesta a esos "mayores" 123 euros, 12,30 euros si es mensual? También para los menores de 26 años los viajes en transporte colectivo están fuertemente subvencionados, al precio de 200 euros el abono anual, 20 euros si el abono es mensual. Tanto en el abono de la tercera edad como en el joven el número de viajes es ilimitado e incluyen todas las zonas tarifarias.

A los políticos actuales parece que les gusta tirar el dinero en medidas que nadie demanda

Y es que a los políticos actuales parece que les gusta tirar el dinero. También en los hospitales, y no precisamente en sueldos del personal sanitario, mal pagado y con riesgo cierto de emigración. Graduarse en Medicina cuesta en España seis años. Si después se quiere una especialización, se requieren cuatro años como residente (MIR= Médico Interno Residente) en el hospital, previa prueba de acceso. Total: 10 años para comenzar la carrera profesional propiamente dicha. La muy alta esperanza de vida de la que gozan los españoles se debe en buena parte a la excelente calidad de la Sanidad Pública y ésta, a su vez, se basa en los conocimientos y las buenas prácticas de los sanitarios.

Estas enormes exigencias con los sanitarios se reducen a cero respecto a los usuarios, es decir, respecto a quienes acuden a los hospitales. A Urgencias sobre todo, y conviene recordar aquí la definición del Diccionario de la RAE: Urgencia: Sección de los hospitales en que se atiende a los enfermos y heridos graves que necesitan cuidados médicos inmediatos. Teniendo en cuenta esa definición, daré cuatro ejemplos que la contradicen con notoriedad. Me los ha suministrado un enfermero amigo y se refieren a las Urgencias del hospital general y también militar Gómez Ulla. Esos ejemplos se produjeron durante la noche del 20 al 21 de noviembre de 2019:

22 horas y catorce minutos: El supuesto enfermo dice tener dolor en el quinto dedo del pie derecho a causa de un golpe que se dio el verano pasado.

22 horas y 17 minutos: El supuesto enfermo dice sentir dolor en el pie izquierdo desde el domingo.

23 horas y 58 minutos: Dice tener dolor en la lengua a causa de una muela rota.

00 horas y un minuto del 21 de noviembre: Dice sentirse nervioso desde hace tiempo.

Y yo me pregunto: si a estos enfermos imaginarios se les cobrara (5 euros, por ejemplo), ¿irían a urgencias con esas pamplinas?

Aparte estos disparates, abundan en los hospitales españoles las broncas contra los sanitarios y no pocas agresiones, que provienen, a menudo, de los familiares que acompañan a los enfermos. Familiares que además colmatan habitaciones y pasillos y exigen del personal sanitario milagros imposibles.

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