
El quid es lo cultural, ideológico y educativo. La derecha ha puesto énfasis en lo económico y olvidado ese otro frente. Y la propia izquierda, cuando se trata de lo cultural-autonómico se inhibe igualmente.
Si todo esto se descuida, al final, los votos van al separatismo. Estamos viendo que el votante piensa tanto o más en esta otra clave, identitaria y cultural propia.
Si el sistema sigue financiando entidades autonomistas o identitarias, al final los votos van a parar a los nacionalistas. Si en cambio se fomentaran asociaciones o entidades en defensa de la nación, los votos al final irían a parar a los partidos nacionales. Si se hace una política basada en favorecer una opinión pública identitaria, ¿cómo queremos que después la gente vote a partidos generalistas? Si en cambio el énfasis se pone en enseñar y conocer los ríos de España, la batalla de Lepanto, en lengua española, etc. la gente votaría a Ciudadanos, PP, PSOE o Vox.
Esta tendencia incluso inconsciente exige un cambio profundo. No es normal que en la propia televisión sea desproporcionada la mayor simpatía a un extremista de izquierdas que a un político liberal de derechas. O que se dude de la pena a un delito tan grave y claro como el de Junqueras, pero nadie dude de la pena a un alcalde del PP o PSOE por un delito interpretable como prevaricación.
El quid no es ya ni el artículo 155 ni el orden público... El quid es empezar a tomar las medidas políticas necesarias para ganar la batalla ideológica, o para (al menos) evitar la contaminación cultural, para crear un sistema normalizado que termine dando más votos a Ciudadanos, PSOE, PP o Vox en Cataluña o el País Vasco, este es el quid y el reto. Mientras que Sociedad Civil Catalana se tiene que comprar hasta los lapiceros, en cambio se tira el dinero público (desde hace 40 años) para hacer tesis doctorales sobre los orígenes del catalanismo en la edad de los dinosaurios.
Es preciso llenar la opinión pública de voces proclives a lo común. Y es preciso en general poner en los mandos de puestos culturales a personas que tengan clara la idea de España, en vez de darlos con la puerta en las narices. Y es preciso reconocer más el trabajo de estos intelectuales, en vez de dar tanto premio a progres, con fines de contentar y de apaciguar, como vía que comento que al final solo da votos al antiespañol.
Si el quid es el votante, lo importante es evitar una política que no termina dando votos a PSOE, PP, Ciudadanos o Vox en Cataluña o el País Vasco o Comunidad Valenciana, por cierto, Baleares o Galicia. Otro día les cuento más en detalle lo que está ocurriendo en la Comunidad Valenciana y sus escuelas y tendencias nuevas... pero solo un dato, ¿con qué legitimidad se está obligando a estudiar valenciano? ¿Por el hecho de que un día llegaron un par de miles de repobladores catalano-parlantes se puede obligar en las escuelas, pese a que han votado los padres "no" al valenciano? Y entonces, ¿no cuenta que Castilla esté despoblada a costa de haber "poblado" la Comunidad Valenciana, cuál es la repoblación que cuenta, o es otro el criterio, o cuál es?
Urge tomar medidas políticas para ganar la batalla ideológica al secesionismo
Si no se hace esto que sugiero, primero el PP, pero al final el PSOE, desaparecerán, porque una persona de Cataluña que aprende la lengua del lugar, que estudia la historia del lugar, y que termina sintiéndose un tío grande porque ha aprendido las cosas del lugar, ¿a quién va a votar?
La legitimidad, para el cambio, está en Alemania, Francia e Italia. No hace falta ir al caso menor, Escocia, cuando esos ejemplos tienen más peso: en Alemania también hay regiones diferenciadas, pero se habla alemán. No hace falta más, ni entrar en enredos históricos.
No obstante, si se quiere entrar en referentes históricos, el binomio no es "o Republica o Franquismo" (falso debate), ya que el referente es el "Estado liberal". Hay que poner el origen de la democracia no en 1978, sino en las Cortes de León, pasando al menos por las Cortes de Cádiz y la tradición liberal centralista de corte francesa. Estamos llegando a un punto en que Vox podría convertirse, si no lo es ya, en lo que sería un partido de puro centro (ni siquiera de derechas) en Alemania o Francia. Apostar por la España plural o similar al final conduce a votos para los que afirman dicha pluralidad. Conozco la respuesta a esta afirmación, pero insisto: es necesario cambiar ya, sin ambages.
Tras 40 años de fomento de lo identitario, ahora toca apostar por la unidad de España
Y es que el ciclo ha venido siendo éste: primero se crea una verdad ficticia (en Cataluña, País Vasco, Valencia o Baleares...). Acto seguido, el resto de España la asume como una "verdad de conveniencia para la convivencia" (hasta aquí "autonomismo"). Entonces, lo que era ficción se acaba creyendo por todos. Y, finalmente, todo este ciclo favorece la extinción en Cataluña y País Vasco... de los partidos nacionales y la superviviencia o existencia única de los partidos representativos de aquellos que se creen en posesión de esa verdad inicialmente inexistente (al final, "independentismo").
Cuando menos, hay que llegar a un nuevo equilibrio. Tras más de 40 años de fomento de lo identitario, ahora toca fomentar lo unitario. Nos lo jugamos en lo ideológico y cultural. Esta es la batalla, tomar medidas a favor de la España unitaria.
La España plural suena bonito (a quienes les suene así), pero al final no favorece a Ciudadanos, PSOE, PP o Vox. Y sin estos partidos (y ya ven que soy más que generoso en la inclusión), la nada.