Washington está dispuesto a aprovechar a fondo el margen que la OMC le da para imponer aranceles a la UE, como compensación a los daños que el fabricante estadounidense de aviones Boeing sufrió por las ayudas de Estado que recibió su rival europeo, Airbus.
Más allá de la aeronáutica, EEUU penalizará gran variedad de productos, especialmente agroalimentarios, con elevado peso en el comercio exterior de España. De hecho la mitad de las exportaciones de este tipo que nuestro país envía a EEUU se verán afectadas, 970 millones. A primera vista, podría juzgarse que es una cifra moderada, dado el gran tamaño del ámbito agrícola. Sin embargo, debe considerarse que el golpe llega en el peor momento para el sector exterior español. Su deterioro es un hecho desde hace meses, pero tiene en la demanda del mercado estadounidense uno de sus escasos apoyos.
EEUU era el único mercado que ayudaba a mitigar el deterioro que el sector exterior mostraba en los últimos meses
Si ahora lo pierde, apenas quedan ya áreas que compensen, debido a que Alemania está al borde de la recesión, ya que no sólo se contrae su industria sino también su sector servicios. Además, el comercio con China se resiente por la guerra entre Pekín y Washington. La economía española se halla así en serio riesgo de que la aportación de su sector exterior vuelva a ser negativa y el resurgimiento de este lastre coincida con dos hechos que afectan de modo directo al único motor del que dispone actualmente el PIB: la demanda interna. Por un lado, la quiebra del turoperador británico Thomas Cook puede minar las cifras de turistas que llegan a España: por otro lado, el consumo de hogares y empresas muestra un rápido enfriamiento. Se cierne así una tormenta perfecta sobre la economía que amenaza con ahondar su actual desaceleración.