Opinión

Argentina ante su espejo

Argentina vuelve a estar ante el precipicio. En las elecciones presidenciales de octubre, se decidirá entre la continuidad del proyecto macrista o el regreso del kirchnerismo a la Casa Rosada. No hay opciones alternativas, dada la fuerte polarización presente en el país. Esto provoca que las otras fuerzas, tanto a la izquierda, como en el centro o incluso en la derecha, estén siendo licuadas por la actual dinámica política.

Muchos se preguntan, especialmente fuera de Argentina, ¿cómo es posible que una experiencia partidaria que tanto dañó a la economía y a la sociedad pueda resultar victoriosa solo cuatro años después y recuperar el Gobierno? La respuesta tiene mucho que ver, no solo con la herencia recibida, sino también con algunos errores del oficialismo, especialmente a la hora de gestionar la economía y comunicar los logros de su gestión.

Pero, más allá de las motivaciones coyunturales, hay otras relacionadas con un imaginario colectivo que va mucho más allá del peronismo y tiene un marcado perfil estatista, proteccionista, pro intervencionista y poco afecto al respeto institucional. Así, por ejemplo, un gran porcentaje de argentinos es contrario al libre mercado, lo que también explica el gran número de expectativas populares insatisfechas.

Incertidumbre entre el proyecto macrista y el kircherismo ante las próximas elecciones

Solo así se entiende la valoración positiva de la experiencia kirchnerista, abastecedora casi ilimitada de subsidios y de un cierto grado de protección social a los grupos más desfavorecidos, aunque el elevado gasto público haya comprometido el futuro, como mostró la gestión kirchnerista entre 2003 y 2015. Esta idea se complementa con la creencia en la existencia de recursos estatales infinitos, que pueden y deben invertirse en políticas públicas de alto contenido social.

El próximo 11 de agosto se celebrarán las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que, de hecho, son la primera vuelta de las presidenciales, previa a las dos rondas de votación a celebrarse el 27 de octubre y el 24 de noviembre. Según el promedio de las últimas encuestas, el resultado entre las fórmulas Mauricio Macri – Miguel Ángel Pichetto y Alberto Fernández – Cristina Fernández sería muy apretado, proyectando un manto de incertidumbre sobre el desenlace electoral. Y si bien la mayoría de los estudios pronostica el triunfo de los Fernández, algunas creen en una victoria oficialista.

Las PASO son importantes por dos motivos. En primer lugar porque su resultado puede ser crucial para tranquilizar a los mercados o para provocar una corrida que cambiaría que aseste una estocada mortal al oficialismo. Las posibilidades de uno u otro desenlace se vinculan a la diferencia de votos y a los requisitos legales para evitar la segunda vuelta: más del 45 por ciento de los sufragios o más del 40 por ciento, y más de 10 puntos porcentuales de diferencia con el segundo.

El resto de fuerzas de izquierda, centro y derecha están licuadas por el dinamismo político 

En segundo lugar, porque una holgada victoria kirchnerista, mayor a seis o siete puntos, daría la sensación de que ya todo está escrito y que las puertas de la reelección se cierran definitivamente para Macri. Esto desincentivaría a los sectores más despolitizados, que no se movilizarían en octubre.

También se debe considerar que estas primarias coinciden con las de la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Sus principales candidatos son la gobernadora María Eugenia Vidal, partidaria de Macri, y el ex ministro de Economía kirchnerista Alex Kicillof. Dado el peso demográfico de Buenos Aires su resultado tendría un fuerte impacto en la elección nacional.

Los últimos meses han conocido una relativa tregua económica. La inflación que en marzo fue del 4,7 por ciento podría situarse en julio debajo del 2 por ciento. Si bien esto supone un fuerte índice interanual, ha aplacado muchos temores y rebajado el tono de las quejas. Algo similar se puede decir del tipo de cambio entre el peso y el dólar, que tras las fuertes turbulencias de fines de 2018 y comienzos de 2019 entró en una zona de cierta calma. A esto se suman algunos datos que hablan de recuperación económica, aunque todavía tímida.

La duda es si esta recuperación, de confirmarse, será suficiente para relanzar a Macri o, por el contrario, hará realidad el eslogan kirchnerista de "vamos a volver". De todos modos, la incertidumbre realza la importancia de la política. En el pasado, las dificultades económicas hubieran tumbado a este gobierno no peronista o hubieran arruinado sus expectativas electorales. Esto no ha sido así, básicamente por el fuerte rechazo que genera Cristina Kirchner. Ahora bien, también Macri provoca un rechazo similar. En este marco se celebran las PASO, unas elecciones que proporcionarán abundantes elementos de juicio sobre la competencia definitiva por la presidencia Argentina.

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