Opinión

Perversiones y pervertidos del sistema

Mientras Sánchez daba en el Congreso el primer paso para el final del culebrón de las negociaciones de Gobierno, las palabras de su investidura confirmaban ese vacío de proyecto y un programa apenas hilvanado, lleno de anuncios inconcretos y esbozos de medidas sin concretar cómo se van a financiar pero que los pocos detalles avanzados se interpretan una amenaza la estabilidad económica, la competitividad y el crecimiento.

Un discurso demasiado largo y aderezado con soflamas demagógicos sobre Franco, el feminismo, los homosexuales o el cambio climático como colofón al vodevil de Pedro y Pablo en el que los protagonistas y sus comparsas sólo han hablado de prebendas y sillones sin atender a las necesidades y problemas reales de los españoles a los que tanto invocan para justificar sus cambalaches y ambiciones.

Es lo que un destacado ex dirigente socialista, ahora condenado al ostracismo, calificaba mientras escuchaba al candidato como "perversiones del sistema". Una adulteración de las reglas del juego democrático propiciada por una ley electoral injusta y obsoleta, que prima a las minorías regionales y que favorece el mercadeo de apoyos y adhesiones en beneficio de intereses meramente partidistas e, incluso, personales, por encima de los principios, los programas y el supremo interés del Estado y de los ciudadanos.

Sánchez no tiene escrúpulos en hipotecar el futuro de España pactando con "indepes"

Sólo así se entiende que el todavía candidato y presidente en funciones, no tenga escrúpulos en hipotecar el futuro de España pactando con quienes desde el populismo o el separatismo se han declarado enemigos de España y de la Constitución, reeditando ese "gobierno Frankestein", como le calificara Alfredo Pérez Rubalcaba quien hasta sus últimos momentos denunció con dureza las veleidades y perversiones del sanchismo y la amenaza de los populismos para las libertades y el Estado de Derecho.

Y sólo en función de estas perversiones del sistema se puede entender que quienes desde la moderación y la centralidad han tenido en su mano evitar esta deriva y se han negado incluso al diálogo olvidando el objetivo para el que nacieron y los intereses de sus electores y del país entero para, como en los cómics de Ignogoud, intentar ser el califa en lugar del califa.

Casado premia con una canonjía el hombre que llevó al Partido Popular a un descalabro electoral histórico 

Como perversión es también la cacicada del otro Pablo, el del califato del centroderecha colocando a Javier Maroto como senador autonómico por Castilla y León y más que posible portavoz popular, si es que el socialista Luis Tudanca no consuma su amenaza de veto a tan insigne "paracaidista", al que desde Génova se premian sus servicios con sueldo en el partido, sueldo en el Senado y un empadronamiento en Segovia, provincia que sólo conoce como turista y por sus excelencias culturales, históricas y gastronómicas.

Una canonjía para el hombre a quienes muchos en su propio partido atribuyen el mérito de la desaparición del Partido Popular en el País Vasco, que fue el director de campaña en los comicios del pasado mes de abril consiguiendo el mayor descalabro electoral en la historia del PP, por lo que fue apartado y escondido en la siguiente de las municipales y autonómicas de mayo. Y que, como apuntan también desde dentro de la formación de la gaviota "es el autor de las listas más perdedoras del PP por su sabor a venganza y a revancha, colocando a candidatos dudosos, irrelevantes y sin una sola hoja de servicios en circunscripciones como Huelva, Málaga, Cantabria, Asturias o Madrid".

Así son ellos y así juegan con nosotros. ¡Vaya tropa!

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