
La nueva versión sobre la trágica muerte de Diana de Gales en un accidente de tráfico ha revolucionado los medios de comunicación británicos. Richard Shepherd (76), el médico forense que investigó todas las supuestas teorías que pudieron provocar la muerte de Lady Di, expone sus argumentos en el libro que ha publicado.
Richard Shepherd ha publicado Causas no naturales, un libro donde se explica la desafortunada situación que vivió Diana de Gales. Según el forense, la herida que provocó el fallecimiento de la madre de Guillermo de Inglaterra (36) y el príncipe Harry (34) "era muy pequeña y estaba en el lugar equivocado". Lady Di "no llevaba el cinturón puesto, de haberlo llevado, habría salvado su vida", asegura Shepherd al británico The Mirror. Tan sólo hubiera tenido que pasar por unos días de reposo para recuperarse de alguna fractura de hueso, pero habría sobrevivido.
Lo que más sorprende al médico es la mala suerte que tuvo: "Su lesión fue tan rara que en toda mi carrera creo que no he visto otra", explica el doctor, que ha batido récords al realizar 23,000 autopsias.
"Si hubiera usado el cinturón de seguridad, si solo hubiera golpeado el asiento frente a ella en un ángulo ligeramente diferente o una velocidad más lenta, y si hubiera sido puesta en una ambulancia inmediatamente después del accidente del túnel Puente del Alma, estaría viva", explica Richard Shepherd en su libro.
Tras la muerte de Diana de Gales, cientos de medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, toda la población especuló y opinó sobre su fallecimiento. Cuando se dieron a conocer los resultados de la autopsia nadie se los creyó, aunque la causa de la muerte fuera evidente: "La patología de su muerte es indiscutible. Pero alrededor de esa diminuta y fatal herida en una vena pulmonar se tejen muchos otros hechos, algunos de los cuales son lo suficientemente opacos como para permitir que florezcan una multitud de teorías", asegura el doctor Shepherd.
El accidente de tráfico también le provocó lesiones leves en el pecho y algún hueso roto. La princesa de Gales murió en el hospital de la Pitié-Salpêtière. Durante su traslado al centro clínico Lady Di se encontraba estable y se comunicaba, pero "la vena desgarrada sangraba lentamente e interminablemente en su pecho", explica el forense. Diana de Gales fue perdiendo el conocimiento en la ambulancia, tras su llegada al hospital, fue sometida a una operación, pero no pudo hacerse nada por ella.
Diana de Gales falleció el 31 de agosto de 1997 en un accidente de tráfico junto a su pareja, Dodi Al-Fayed, heredero de los grandes almacenes británicos Harrods, en el puente del Alma de París que atraviesa el río Sena. Según las investigaciones realizadas por la policía francesa en 1999, Henri Paul, el chófer de la princesa de Gales, estaba ebrio y pisó el acelerador del coche tratando de huir de los paparazzis.