
La Miraculina es una baya originaria de África occidental capaz de convertir el sabor ácido en dulce, que se va a vender en España a principios de 2022 de la mano de la startup Baïa Food
La startup Baïa Food cuenta ya con el aval de la Comisión Europea para comercializar, a partir del primer trimestre de 2022, el deshidratado de la baya miracle berry, de la que se extrae la proteína llamada miraculina, capaz de transformar la percepción gustativa; en este caso, convirtiendo el sabor ácido en dulce.
Guillermo Milans del Bosch, cofundador de esta foodtech de alimentación, junto con Loan Bensadon, relata que la miraculina tiene la propiedad de que permite "tener una percepción de dulzor sin necesidad de acudir a azúcar o edulcorantes artificiales; simplemente ingiriendo miraculina y a posteriori un alimento que sea ácido". Pone un ejemplo: "Yo consumo miraculina y después consumo un yogur y ese yogur lo voy a percibir como dulce".
No se mezcla
Milans del Bosch aclara que el producto no se mezcla, "es algo que hay que consumir, de momento, de forma previa al alimento ácido que queremos endulzar".
En cuanto a su proceso de elaboración, explica que, en primer lugar, obtienen un puré o zumo de esa fruta o baya, y "después la liofilizamos, que es una técnica de deshidratación en frío que asegura todos los nutrientes y al mismo tiempo mantiene estable la miraculina.
Diferentes formatos
Luego obtenemos un polvo, y de ese polvo podemos hacer diferentes formulaciones con diferentes granulometrías, ya sea en formato lascas o en fórmulas más orientadas al sector farmacéutico, como caramelos bucodispensables o caramelos".
El objetivo, explica Milans del Bosch, es incorporar cuanto antes la miraculina a los alimentos. "Ahí tenemos un reto importante en el que estamos trabajando, pero lo que es innegable es que es una herramienta para reducir el consumo de azúcar", que, dice, "es una gran tendencia dentro de industria, que busca alternativas saludables, vegetales y con fuentes alternativas de proteína".
Restricciones alimenticias
Ahora mismo, apunta Milans del Bosch, "estamos más centrados en la industria farmacéutica; en aquellas personas que a lo mejor tienen ciertas limitaciones o restricciones alimenticias, como pueden ser personas diabéticas o con trastornos del gusto. El 30% de las personas mayores de 65 años tienen alguna alteración del gusto".
También, precisa, "está indicada para pacientes oncológicos a quienes la quimioterapia o radioterapia hacen que todo tenga un sabor metálico, o para quienes tengan una hipersensibilidad a la acidez en boca. En la miraculina van a encontrar un complemento sensorial para mejorar esa experiencia de alimentación y su calidad de vida y evitar caer en malnutrición".
Financiación
El cofundador de Baïa Food revela que actualmente están "levantando" una ronda de financiación "para continuar con todo nuestro I+D y entrar en las aplicaciones más alimenticias como herramienta sustitutiva del azúcar, aunque siempre me gusta decir que no estamos ante un endulzante en sí, sino ante un modificador del sabor, una nueva categoría".
Próxima comercialización
Milans del Bosch considera que "a partir de enero, como compañía, vamos a poder comercializar el producto, y, dependiendo de la estrategia que tenemos, tanto en salud como alimentación, iremos haciendo diferentes lanzamientos".
Igualmente, la startup lo va a vender a través de su tienda online con un enfoque para alimentación. "Con las farmacéuticas estamos en una fase de negociaciones para ver si lo comercializamos bajo nuestra propia marca o bajo acuerdos comerciales con otras empresas", avanza.
Sostenibilidad
El cocreador de Baïa Food sostiene que "la sostenibilidad y el origen son uno de los pilares fundamentales de la compañía, y cuando identificamos esta especie botánica viajamos rápido a origen [Ghana y Costa de Marfil, en África Occidental] para trabajar, codo con codo, con esos agricultores que llevan generación tras generación cultivando esta especie botánica que estaba en riesgo de desaparecer, y que, después del trabajo que hemos hecho en origen en estos últimos ocho años, ya ha pasado a una categoría de menor riesgo".
Además, remarca Milans del Bosch, "todo lo hacemos con un foco claro en la sostenibilidad. Nuestro socio en origen, una empresa suizo-alemana, tiene una fábrica de deshidración en Ghana y otra Costa de Marfil que utilizan energías renovables solares y técnicas que combinan el cultivo de esta especie con otras autóctonas para huir del monocultivo que tanto daña a la biodiversidad".