
La Segunda División española podría cambiar en los próximos días y pasar de 22 a 21 equipos. Todo depende de lo que pase en el Reus, que, incapaz de pagar las nóminas de los últimos tres meses a sus jugadores está esperando la decisión de éstos después de una reunión con LaLiga (que se ha ofrecido a abonar las cantidades y abrir un expediente al club por falta muy grave), la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) y el propio Reus, en riesgo real de desaparición.
Tal y como informa Marca, son dos las opciones: que los jugadores acepten el pago de las nóminas, lo que abriría un expediente al Reus y le dejaría prácticamente descendido para la siguiente temporada, o renuncien a estas cantidades (el convenio les asegura igualmente el pago de este año de contrato y la mitad del siguiente) quedando libres para negociar con otros clubes.
En el primero de los casos, surgiría el problema de la competitividad en una escuadra que tendría que afrontar más de media liga conociendo que descenderá al término de la temporada pase lo que pase en el césped.
Si se diese el segundo, esto desembocaría casi irremediablemente en la desaparición del club, y en este contexto hay cierto desconcierto. La Segunda se jugaría con 21 equipos, y LaLiga intentaría que se anulasen los resultados previos de los partidos del Reus, aunque el artículo 77.2 del Reglamento establece que todos los partidos disputados por el equipo catalán contarían y que, de ese punto en adelante, se darían por ganados a los rivales.
Ninguna de las dos decisiones está exenta de polémica. Anular los partidos daría uina ventaja inesperada a las escuadras que hubiesen perdido o empatado sus duelos ante el Reus, mientras que dar por ganados el resto de encuentros otorgaría margen a los equipos que todavía no han jugado contra ellos (son Córdoba, Osasuna, Málaga y Numancia).
La decisión final es de los jugadores y no podrá demorarse demasiado: en el plazo de 48 o 72 horas se pronunciarán y ahí la suerte del Reus estará echada. En el plantel hay una cierta división: mientras que algunos jugadores prefieren desvincularse de un club en el que ya no confían, otros necesitan el dinero urgentemente porque tienen problemas de liquidez.
LaLiga y AFE no podrán hacer otra cosa que no sea respetar la elección del banquillo del Reus. El presidente de la patronal, Javier Tebas, no era optimista al término de la reunión del martes, reconociendo que la desaparición era una opción que no se podía descartar. "Nosotros hemos hecho un ofrecimiento de pago pero hay otras opciones que deberán valorar los futbolistas", apsotillaba el dirigente. David Aganzo, su homólogo en AFE, abogaba por una solución que "proteja los derechos e intereses" de los futbolistas.
En vista de que el propietario del club, Joan Oliver, no ha conseguido aportar soluciones ni encontrar un inversor que en estas circunstancias parece imposible de conseguir, la pelota está en el tejado de los jugadores. Ellos serán, en última instancia, los que decidan sobre el futuro de una entidad que podría tener los días contados.