
Trágicamente fallecido a los 28 años el pasado viernes 20 de abril en Mascate, la capital de Omán, el famoso DJ sueco Avicii -Tim Bergling- no sólo deja atrás una misteriosa desaparición además de un reguero de éxitos en la música electrónica, también lega unas cifras económicas de escándalo que dan una magnitud de lo meteórico de una carrera que le permitió alcanzar la cumbre en poco menos de cinco años.
Nacido en Estocolmo en 1989, Avicii -alias derivado del nivel más profundo del infierno budista hindú- empezó siendo casi un niño a hacer sus primeras mezclas y con apenas 18 años ya se hizo un hueco en el circuito de música dance sueco -cuna por excelencia junto a Holanda- y empezó a asomarse a la escena internacional. Su estilo musical y su versatilidad de ritmos llamó la atención de otros artistas del ramo consagrados como el DJ francés David Guetta.
Sería 2011 el año en el que Avicii saltaría a la fama mundial con su tema Levels. Empezaría una desbocada escalada que le situaría rápidamente en el olimpo de los principales DJ del mundo. Tanto se dispararía su caché que la revista Forbes ya le incluyó en 2012 en su entonces recién inaugurado ranking de 'reyes de la música electrónica mejor pagados'. Ese año logró colarse en el 'top-ten' con unas ganancias estimadas en 7 millones de dólares. Sólo un aperitivo de lo que ganaría en los períodos siguientes.
El lanzamiento de sencillos suyos que coparon todas las listas (Wake me up y Hey Brother en 2013 o Waiting for love en 2015) le otorgó un caché que le llevó a cobrar entre 250.000 dólares (según la BBC) y 500.000 dólares (según Celebrity Net Worth) por cada sesión en la que pinchaba. Un registro al alcance de pocos, como demuestra Forbes al cifrar en 400.000 dólares la media de lo que cobra el productor escocés Calvin Harris por actuación y siendo quien últimamente no tiene rival en el puesto de DJ mejor pagado del mundo.
A lo recaudado en estos bolos con giras y festivales por todo el planeta y a los 'royalties' por sus temas, Avicii sumaba ingentes cifras por su propio 'merchandising' (camisetas y gorras en cualquier país) y, sobre todo, por diferentes patrocinios comerciales. Grandes multinacionales se fijaban en él para potenciar su imagen de marca y nombres como Ralph Lauren, Volvo o Coca-Cola llenaron su chequera. En el caso de la marca del célebre refresco, Avicii compuso el tema Taste the feeling que sirvió de campaña mundial.
Todas estas fuentes de ingresos condujeron a Avicii, siempre según las estimaciones de Forbes, apenas discutidas por nadie en el mundillo, a obtener el siguiente ritmo de beneficios: 7 millones de dólares en 2012, 20 millones en 2013, 28 millones en 2014, 19 millones en 2015 y 14,5 millones en 2016. Un montante de 88,5 millones de dólares a los 27 años que ya le hicieron ostentar otro destacable récord.
Y es que un índice elaborado por el portal .Inc en 2016 que estudiaba las 5.000 empresas europeas que más rápido habían crecido en los tres años anteriores dejaba a Avicii en sexto lugar. Con cinco empleados en nómina (incluyendo al artista) y un valor de 7,7 millones de euros en 2014, Avicii Music AB, tomada como un compañía creada en 2010, había crecido un 1905% en ese período de tiempo. No pocos se preguntaron por qué no aparecían en esta lista otros DJ europeos que incluso presentaban más ganancias que Avicii, como el caso de Harris, Guetta o el holandés Tiësto. La explicación es que todos ellos habían sido más constantes en sus ganancias (todos tenían una edad mayor que Avicii y una trayectoria más prolongada) mientras que el sueco había empezado desde la nada hacía pocos años.
Pero no todo fue felicidad y el vertiginoso ascenso de Avicii le trajo fatales consecuencias personales y de salud. Como él mismo ha reconocido en varias ocasiones y se constata en el completo documental sobre su carrera True Stories que ahora emite Netflix, el constante ritmo de giras y actuaciones por todo el mundo le llevaron a un consumo excesivo de alcohol. Esto le provocó una severa pancreatitis y meses de inaguantables dolores que le obligaron a cancelar varios eventos. Aunque descansó y quiso volver con más fuerza, su salud no le iba a perdonar y en 2014 le tuvieron que extirpar la vesícula biliar y el apéndice.
El drama entonces pasó a ser psicológico y el estrés se apoderó de Avicii. Como se aprecia en el citado documental, cada viaje o cada sesión se convertían en un infierno para él, siendo cada vez más proclive a producir en el estudio y menos a ponerse detrás de la mesa. Subir a la cabina acabó siendo una pesadilla hasta que a sus 26 años y con un riqueza estimada entonces en más de 76 millones de dólares decidió retirarse. Era 2016 y aún tenía compromisos adquiridos para ese año. Sin embargo, fue incapaz de cumplir muchos de ellos y acabó cancelado numerosos shows. Esto menguó sus ingresos y le hizo descender en el ranking de DJ mejor pagados. Aún así, como se señalaba antes, acabó el año con la nada desdeñable cantidad de 14,5 millones.
Tras su último espectáculo, en el Hotel Ushuaia de Ibiza, donde había sido DJ residente varios veranos seguidos, Avicii tomó un camino impredecible y despidió a su manager de toda la vida. Se centró entonces en la producción musical y en sus patrocinios, teniendo previsto para este 2018 un nuevo disco. Sin embargo, desde 2016 se pierde el rastro de su dinero y ya es casi imposible determinar cuántos beneficios obtuvo en 2017 y los primeros meses de 2018. Por un lado, Celebrity Net Worth señala que, en la fecha de su muerte, su patrimonio neto alcanza los 85 millones de dólares. Sin embargo, el portal especializado Rave Rebel lo asciende a los 95 millones de dólares.
También desde Celebrity Net Worth estiman que a lo largo de corta carrera Avicii logró facturar hasta 140 millones de dólares, y ponen como ejemplo de su riqueza la adquisición de una mansión en Hollywood por 15,5 millones de dólares o el reacondicionamiento por unos días de un hotel de lujo en Miami que llegó a tener la popular serigrafía con su alias en toallas, peines y tarrinas de helado.
Sea como fuera y al margen de una cantidad exacta de ingresos, el repaso a estas cifras demuestra que bastante antes de los 30 el malogrado DJ ha sido una máquina de hacer dinero. Serán sus familiares los que ahora gestionen su patrimonio y los que decidan si se publica póstumamente parte del disco que el DJ pensaba lanzar este año.