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Castigos físicos en los colegios de EEUU: una realidad en 19 estados

  • El país se escandaliza por la carta de un estudiante
  • En Alabama se recomienda golpear con una pala de madera
Imagen: Dreamstime.

Cada día, más de medio millar de estudiantes reciben un castigo físico en los colegios de Estados Unidos. Esta práctica está permitida en 19 de los 50 estados del país, y cada uno de ellos establece el método de aplicación o deja a los centros educativos la libertad de recogerlo en manuales concretos.

El asunto ha vuelto a colocarse en el debate público después de la publicación de una carta por parte de Wylie Greer, un alumno del instituto Greenbrier de Arkansas, en la que relata cómo otros dos compañeros y él fueron amonestados por acudir a una manifestación contra la violencia de las armas tras la reciente masacre del instituto Marjorie, en Florida.

Se ausentaron por menos de 20 minutos en una clase, y la dirección del centro les ofreció dos posibles castigos: expulsarles durante dos días o recibir varios golpes con una pala. Los tres chicos eligieron lo segundo, con el apoyo de sus padres. El chico de 17 años que publicó lo sucedido, expresó su disgusto por el hecho de "usar la violencia para intimidar a niños y adolescentes y silenciarles". En una entrevista, la revista Cosmopolitan ha recogido las palabras de Wylie al respecto: "Es bárbaro y cruel".

El estudiante aseguró que, tras la masacre en Parkland, sintió la necesidad de alzar la voz contra la tenencia de armas, totalmente extendida en su país. Por este motivo acudió a la manifestación, al igual que hará en la siguiente marcha convocada con el mismo fin este sábado. "Silenciarnos es lo que pretenden la Asociación Nacional del Rifle y la dirección del instituto, pero no pienso bailarles el agua", afirmó Wylie.

Su historia ha escandalizado a buena parte de la sociedad estadounidense, que aún se sorprende de que los castigos físicos a los menores en centros educativos sean legales

Respaldo judicial

El apercibimiento físico está respaldado por una sentencia del Tribunal Supremo estadounidense de 1977, que concluye que éste no supone una violación de los derechos de los niños ni contradice la octava enmienda de la Constitución, que veta los "castigos crueles e inusuales", según recoge BBC Mundo. A pesar de esto, la permanencia de la práctica en casi una veintena de estados norteamericanos continúa levantando cierta controversia. Algunas encuestas realizadas en los últimos años en el país, como la de ABC News, han revelado que el 74% de los padres están en desacuerdo con la aplicación de castigos físicos por parte de los profesores dentro de los centros. Y entre los padres que sí pegan a sus hijos, el 67% tampoco veía con buenos ojos que sus maestros lo hicieran en el colegio.

En algunos centros, los castigos físicos están muy pautados. Por ejemplo, en un centro de Alabama se recomienda golpear en las nalgas a los niños con una pala de madera de unas medidas particulares, no más de tres veces, y hacerlo con "tacto y cautela". En el estado de Texas, la cosa queda más abierta, y se permite infligir golpes como amonestación a los alumnos en forma de bofetadas, paletazos o azotes. En Arkansas se establecen las condiciones necesarias para aplicar el castigo de que exista un testigo, que se efectúe en un lugar donde no sea visto ni oído por el resto de los estudiantes y que el castigado pueda rechazar las acusaciones por las que recibe el apercibimiento.

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