
Luis de Guindos será el vicepresidente del Banco Central Europeo tras la retirada del candidato irlandés. Detrás del español que se convertirá en el segundo cargo más importante de la institución económica más poderosa de la Unión se esconden algunos detalles que no todo el mundo conoce. ¿Sabías que De Guindos es de comunión diaria? ¿Y que su familia pone nombre a un barrio de Málaga? ¿Y que ahora ganará cerca de 30.000 euros al mes?
Los socialistas españoles no apoyaron su nombramiento porque Rajoy no se molestó en buscar su consenso pero el mismísimo Felipe González ha tirado de las orejas a Pedro Sánchez y sus chicos, consciente de la importancia para España de contar con un peón tan destacado en el tablero europeo. Al final, el empuje de Francia y Alemania ha sobrado para que el titular de la Cartera de Economía gane la partida a su rival irlandés, con gran preparación en materia de política monetaria pero retirado finalmente ante la falta de apoyos.
De Guindos ganará mucho más ahora. Puede decirse que el cargo para el que se ha postulado implica un considerable aumento de ingresos. El vicepresidente del BCE gana 334.080 euros brutos al año, sin contar gastos de representación y residencia. Es el segundo mejor sueldo de la entidad, solo por detrás del presidente, que dispone de un salario base de 389.760 euros. De Guindos dispondrá además de vehículo oficial, un consejero y dos asistentes, como el resto de miembros del Comité Ejecutivo. El mandato del actual número 2, el portugués Vitor Constancio, expira el 31 de mayo.

El economista madrileño es para algunos un ultraliberal que apoyará al Banco Central que le ha fichado a la hora de pedir recortes y sacrificios en pos de buenos datos macroeconómicos. Pero lo cierto es que el bautizado como tecnócrata del Gobierno tuvo que bailar con la más fea, la troika, en unas durísimas negociaciones tras el rescate bancario español. Por no hablar de cómo ha toreado su rivalidad manifiesta con Montoro.
Y no todos han olvidado aquella tremenda fotografía en la que el presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker lo estrangulaba bromeando. Tampoco han acabado de apagarse los fuegos encendidos tras los rumores que le señalan como máximo responsable de la la decisión de filtrar a los medios los datos de la detención de Rodrigo Rato, su Homo Antecessor, en cierta medida, cuestión sobre la cual han corrido ríos de tinta. Sin embargo hay pequeños detalles que nos ayudarán a comprender mejor la compleja personalidad de uno de los hombres en quien más ha confiado Mariano Rajoy.
1. No es demasiado bueno al volante. Lo demuestra el hecho de que cuando trabajaba como máximo responsable del área de Servicios Financieros en Lehman Brothers pedía dos plazas de aparcamiento. En el edificio donde desempeñaba su trabajo las plazas de garaje se cotizaban mucho. Todo el mundo quería una y no había para todos. Sus exigencias no sentaron muy bien, especialmente cuando se accedió a su petición. Se pensaba que las pidió para poder bajarse del coche más cómodamente, pero lo cierto es que no se le da bien aparcar y temía rayar los coches situados a sus costados o golpearlos al abrir la puerta.
2. Su capacidad de trabajo es casi sobrehumana. Ha dado la vuelta al reloj en alguna ocasión en las dependencias de su Ministerio, despierto, trabajando en su despacho. En los momentos más duros, cuando el rescate bancario ejerció un impacto insostenible sobre la prima de riesgo. Eso sí, se daba una ducha y volvía al trabajo.
3. Tiene cama, como sus antecesores, en el Ministerio, y, perdón por la escatología pero probablemente le daría un síncope si supiera que el portaescobilla y la escobilla de water de lujo que adquirieron para su cuarto de baño tuvo un coste que rondaba los 80 euros. ¡En plena crisis! No fue culpa suya. Él habría ido a un chino o seguramente la habría adquirido en una tienda de barrio, y sensiblemente más barata. Es partidario de apoyar al pequeño comercio
4. Es una rara avis en el mundo de las finanzas y la élite económica. Es aficionado colchonero. Mantuvo serias disputas con el ex ministro podemita griego Yanis Varoufakis, y lo único que les unía era su pasión por el Atlético de Madrid, que el griego compartía con el Olimpiakos.
5. Está casado con Belén Liras de las Heras, de 57 años (uno más joven que su marido), son padres de dos hijos, Belén, e Íñigo, nacidos en 1989 y 1991 respectivamente. La mayor contrajo matrimonio con solo 25 años con el economista portugués Gonzalo Diniz Méndez en la Ermita de San Ildefonso en La Granja. Allí estuvieron desde Rajoy y Señora hasta Granados, pasando por la vicepresidenta Soraya y su marido, amén de innumerables cargos del PP al que no pertenece el padrino de aquella ceremonia.
6. Luis de Guindos es un católico practicante, de comunión diaria. Acude a la misma iglesia que el ex ministro del interior Jorge Fernández Díaz todas las mañanas. No es extraño verles darse la paz.
7. Se mantiene en forma gracias a la práctica del tenis. Sin tener la tableta de chocolate de Aznar, que prologó su libro España amenazada (Península, 2016), puede presumir de no padecer la temida curva de la felicidad de la que no se libran la mayoría de sus colegas a partir de los cincuenta. Presume de ser bueno en este deporte, y el tenista por el que siente mayor admiración es Rafa Nadal (a pesar que el menorquín es madridista compulsivo).
8. Habla perfectamente inglés y francés, pero los asesores de imagen del PP hubieran pagado lo que fuera porque la entonación de su voz en castellano no incluyera un cierto deje pijo a lo Tamara Falcó, ése que se le suele escapar a veces.
9. Vive en un adosado al norte de Madrid, pero en 2012 compró un ático en La Moraleja por 587.000 euros. La urbanización donde está situado cuenta con dos piscinas, pádel, spá, gimnasio y baños turcos. El ático ocupa 133 metros cuadrados y fue comprado en un buen momento; en el 2007 valía casi el doble.
10. Hay una barriada en Málaga que lleva el nombre de Los Guindos por su padre y por su abuelo, responsables de una fábrica siderometalúrgica situada en este barrio. El Unicaja entrena a sus equipos bases en un pabellón que se llama Los Guindos.
De momento, tiene por delante ocho años como número 2 del Banco Central Europeo. Eso le sitúa si no hay sorpresas al borde de la edad de jubilación, los 66 años, uno menos de los que tiene ahora Cristóbal Montoro. La jubilación de De Guindos, llegue cuando llegue, él la imagina en su querida Marbella, donde pasa los veranos desde hace mucho tiempo.