Los estadounidenses aprovecharán el próximo 8 de noviembre para votar cuestiones ajenas a si quieren ser gobernados por Trump o por Clinton. Los ciudadanos de California, en concreto, se enfrentan a un referéndum sobre sanidad pública muy llamativo: decidirán si el uso de preservativos debe ser obligatorio en los rodajes pornográficos, algo a lo que demócratas y republicanos se oponen.
California lidera la producción de películas de alto contenido sexual, especialmente en el municipio de San Fernando Valley, que lleva siendo sede de estos rodajes desde la década de los 70, y ha llegado a copar la producción del 90% de filmes pornográficos en Estados Unidos. Crea 2.000 empleos y genera 9.000 millones de dólares en la región anualmente.
Los californianos se encontrarán en su papeleta del 8 de noviembre la Proposición 60, que obligará al uso de preservativos en secuencias que conlleven "una penetración vaginal o anal con un pene". Aunque finalmente no se vean en la película final, los productores tendrán que demostrar que han sido usados.
Además, bajo esta medida, las productoras tendrán que cubrir los gastos médicos de los actores, como los exámenes médicos, pruebas de enfermedades de transmisión sexual y vacunas. Finalmente, los productores deberán poseer además una licencia del departamento de salud del estado.
Sin embargo, los partidos Demócrata y Republicano de este estado están abogando por el 'No' a la nueva proposición. Los opositores defienden que la medida intenta controlar el sector del cine para adultos, y que podría facilitar demandas de los californianos si no ven a un actor usando un preservativo en una película producida en el estado. Temen además que pueda llevar a la industria a mudarse de estado, con las pérdidas en recaudación de impuestos que eso conllevaría. Diarios influyentes como Los Angeles Times también se oponen a la proposición.
Quienes se niegan desde dentro de la propia industria alegan que son adultos que consienten trabajar bajo esas condiciones, y consideran que la medida sólo profundizaría en los prejuicios hacia la profesión. Afirman además que el principal defensor de la proposición, Michael Weinstein, saldría muy beneficiado y tiene un largo historial de demandar a productoras de cine para adultos.
Ya en noviembre de 2012, Los Ángeles aprobó una medida que obligaba a los actores porno a llevar condones en las escenas, y a las productoras a pagar una tasa anual al Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles.
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