
Durante el verano, los yates de última generación se concentran en las costas del mar Mediterráneo como en ningún otro lugar del mundo. Y algunos puertos deportivos españoles, entre los mejores del mundo, son parada obligatoria.
El Mediterráneo es el destino de verano más popular del mundo para los superyates, con una concentración del 60 por ciento de las embarcaciones de lujo de todo el mundo. La cantidad de puntos de amarre próximos y accesibles, y una diversidad de culturas, paisajes y experiencias sin competencia, hacen del Mediterráneo el lugar ideal para trazar el itinerario de verano. Y la infraestructura para yates en Europa es insuperable.
España sigue creciendo como destino vacacional de tránsito de yates y superyates. La oferta de amarres es una de las mejores de Europa, y Barcelona, Baleares y Puerto Banús, en Marbella, forma uno de los triángulos más transitados durante la temporada.
Tienen muchas cosas en común, como figurar entre los puertos deportivos con mejores servicios e instalaciones, propias de la hostelería cinco estrellas. Estar situados en enclaves con una oferta de ocio y cultura, además de gastronómica, sobresaliente. Y haberse convertido en un imán para los superyates.
Puerto Banús lidera el último ranking de las marinas más exclusivas elaborado por Engel & Völkers Yatching en 2020. Y cinco puertos deportivos españoles están en el top ten del ranking de Marina Reservation –una de las plataformas de reservas de amarres líderes del mundo– para 2022: dos puertos de Ibiza (Marina Ibiza y Marina Port Ibiza) Puerto Adriano en Mallorca, Marina Port Vell de Barcelona y Puerto Banús en Marbella.
En el capítulo precios, la pandemia ha provocado cambios y caídas. Mientras los puertos de Ibiza y Puerto Banús han encabezado tradicionalmente los rankings, en 2022 los precios más caros se concentran en Italia (2.960 euros por amarre al día en la Marina de Capri). Y si en 2020 era Puerto Banús quien lideraba el ranking de nuestro país por precio (con 4.289 euros por día, según el informe anual de Engel & Völkers Yatching) ahora es el de Marina Port Ibiza (antigua Ibiza Magna), con 2.300 euros al día.
La ruta de los superyates
Pero para seguir la pista de los mejores puertos deportivos, más allá de rankings y de precios, hay que seguir la estela de los superyates o megayates, embarcaciones de más de 60 metros de eslora. Se trata de un sector en alza, que se ha incrementado un 70 por ciento en la última década y se prevé que alcance las 500 unidades en unos 7 años. La cartera de pedidos de está completa hasta 2025.
Los destinos recurrentes de este tipo de yates garantizan unas instalaciones y unos servicios premium en los puertos deportivos, propios de los hoteles más exclusivos del mundo.

Por países, España ocupa la cuarta posición entre los destinos favoritos de propietarios de superyates en 2021 –según Bloomberg–, y Marina Reservation incluye dos puertos españoles entre los mejores para superyates y megayates: Marina Port Vell y Puerto Fórum, los dos en Barcelona.
Barcelona, el muelle de superyates más largo del mundo
Marina Port Vell (antes OneOcean Port Vell) es única por varios motivos. Tiene el muelle dedicado a superyates más largo del mundo, con 440 metros y 10 metros de profundidad de agua en todos los puntos. Y es el único en Europa que les garantiza el estacionamiento en el centro de una gran ciudad, que es, además, uno de los mayores destinos turísticos del Mediterráneo y del mundo.
Los superyates ya forman parte del paisaje y se han convertido en una atracción más de la ciudad. En 2021, pasaron por Barcelona dos de los yates más grandes del mundo: el Dilbar, propiedad del magnate ruso Alisher Usmánov, con sus 156 metros de eslora, y el Azzam, el superyate más grande del mundo, propiedad del presidente de Emiratos Árabes, el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahaya. Con sus 180 metros de eslora, mide como dos campos de fútbol, tiene helipuerto, spa, cine y sistema antimisiles.
Se trata de embarcaciones que suelen verse obligadas por su tamaño a realizar paradas técnicas en puertos comerciales y que encuentran en Barcelona una de las pocas oportunidades de disfrutar del amarre en un puerto deportivo, con todas las comodidades que implica. En el caso del puerto de Barcelona, un santuario del lujo con servicios del más alto nivel, y cuya membresía a las instalaciones está estrictamente limitada.
La ciudad cuenta con dos puertos premium más: el Real Club Náutico de Barcelona y Puerto Fórum, a pocos minutos del centro de la ciudad, con capacidad para 170 embarcaciones de hasta 80 metros y una zona de natación reservada.
Baleares, la mayor oferta de marinas del país
Los 48 puertos deportivos de Mallorca, los once de Menorca y los siete de Ibiza convierten las islas en un destino privilegiado para las rutas estivales de yates y para el alquiler de embarcaciones.
La flamante nueva marina para superyates Sovren Ibiza, inaugurada en 2017, ha cerrado. Pero dos puertos de Ibiza siguen a la cabeza entre los mejores del Mediterráneo: Marina Ibiza, uno de los más grandes de España para embarcaciones de hasta 110 metros de eslora; y Marina Port Ibiza, en el barrio de La Marina, a los pies del casco histórico de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad.

En la isla de Mallorca, Port Adriano, la marina diseñada por Philippe Starck, se ha convertido en la más exclusiva y elitista, por sus servicios, por la calidad de sus instalaciones y su ubicación, a 20 kilómetros de Palma de Mallorca.
También es una de las más modernas del Mediterráneo y uno de los mejores puertos deportivos de España para superyates, con capacidad para embarcaciones de hasta 110 metros en la zona nueva del puerto. Pero para tomar el pulso de la alta sociedad, ningún puerto mejor que el Real Club Náutico de Palma, tan elegante y elitista como popular.
Puerto Banús, epicentro del lujo 50 años después
Aunque la ciudad de Málaga acaba de estrenar marina de megayates y el Puerto Deportivo de Benalmádena es de los más populares de la zona (solo para embarcaciones de hasta 35 metros), la marina de Puerto Banús no tiene competencia.
Se desarrolló en los 70 como destino de lujo de la jet-set. Y cinco décadas después sigue siendo una parada obligatoria entre los millonarios que hacen de recorrer el Mediterráneo de puerto en puerto un estilo de vida.