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Isabel Pantoja, abatida, admite al juez: "Mi error fue intentar salvar mi patrimonio"

En torno a las 10.15 comenzaba el juicio, cuando Isabel se ha desmoronado en lágrimas. Un momento de máxima presión, que ha podido con ella. El juez ha tenido que esperar cinco minutos para que se recompusiera y pudiera comenzar la declaración. 

Después de un retraso de más de media hora y una pausa posterior por problemas de sonido de la sala, porque los micrófonos no funcionaban correctamente, ha comenzado el juicio contra Isabel Pantoja. En el Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga, la tonadillera se ha roto. No ha podido contener el llanto

Destrozada, mirando al cielo y  haciendo numerosas pausas para enjugar sus lágrimas, la sevillana se ha enfrentado a las preguntas de la acusación, puesto que su abogado no ha querido hacer ninguna pregunta a su defendida. Isabel, acusada de un presunto delito de insolvencia punible, ha intentado dar su versión de los hechos por los que podría ser condenada a tres años de prisión.

Afectada, desmoronada y nerviosa, ha reiterado las "gracias" en varias ocasiones. Ha comenzado la declaración ante el juez, reconociendo que ella "no entiende de papeles" y que a pesar de ser ella la única administradora de Panriver 56 S.L. desconoce los "beneficios y las deudas que ha dado esta empresa".

"Mis asesores fiscales a veces lo han hecho bien y otras no", ha asegurado. Además, ha insistido en su desconocimiento de los "movimientos que hacía la empresa". "Ojalá me lo hubieran dicho antes", ha dicho. También ha confirmado que dio plenos poderes a su hermano Agustín sobre sus sociedades "delante de notario". "Yo le firmo el poder a mi hermano para liquidar todo lo que se debiese", ha explicado.

Insistiendo en que desconocía los embargos sobre sus propiedades, Pantoja ha revelado que cuando se enteró de las deudas que arrastraba, "yo estaba privada de libertad". "Estando donde yo estaba, no me importaba el precio de la casa ni nada", ha confesado. También ha admitido que su "error" fue "poner todos mis bienes como aval de esa casa" para "intentar salvar mi patrimonio. Mi letrado no me dijo nada y si me lo hubiera dicho yo hubiera pagado antes de entrar en ese lugar", refiriéndose que, de haber conocido sus deudas, las hubiese afrontado antes de ir a prisión.

"Agustín es la única persona que tengo a mi lado"

Sin poder dejar de llorar, Isabel ha salido en defensa de su hermano Agustín, que era el encargado de llevar a cabo la venta de La Pera cuando ella estaba en la cárcel. Isabel ha mantenido que cree en su palabra y que cree que "todo lo que ha hecho está bien hecho". "Es la única persona que tengo a mi lado", ha añadido mirando al cielo rota en llanto.

Mientras estuvo en prisión, ha revelado que "no recibía la visita de mis abogados"; y que "las únicas visitas que recibía eran las de mis hijos, mi sobrina y mi hermano Agustín. Solo nos abrazábamos y hablábamos de salud, no de dinero", ha concluido.

Durante su declaración, la artista ha confirmado su confianza total en Agustín y ha mantenido no saber nada del presunto delito de insolvencia punible que podría llevarla de nuevo a prisión.

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