
Más de 1.300 megavatios (MW) de tecnología solar fotovoltaica se instalaron el año pasado en Extremadura. Una cifra que llevó a la comunidad autónoma a alcanzar los 2.569 MW de potencia instalada (lo que supuso un incremento del 139%), convirtiéndose así en el parque generador fotovoltaico más grande de España al representar el 22% del total.
En este sentido, la solar fotovoltaica se situó por primera vez como líder en la estructura de potencia instalada extremeña, según el informe El sistema eléctrico español 2020 de Red Eléctrica. Con un 32,9%, la solar fotovoltaica superó a la hidráulica y a la nuclear (29,2% y 25,8%, respectivamente). Entre las tres, suman casi el 90% de la capacidad de generación de la región.
A este respecto, actualmente el 74,03% de la potencia eléctrica instalada en la comunidad autónoma procede de fuentes renovables. Se trata de la mayor cuota alcanzada por Extremadura desde que existen registros.
No en vano, de cara a 2030, la región aspira a ser el primer productor de energía renovable en España. Para lograrlo, el Ejecutivo extremeño pretende crear más de 80.000 puestos de trabajo y movilizar 18.000 millones de euros de inversión a través de las 57 medidas que recoge el Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PEIEC).
Según estimaciones del Gobierno regional, el desarrollo del PEIEC conllevará un incremento del producto interior bruto (PIB) en 5.300 millones de euros, una inyección de 2.218 millones de euros de rentas en los hogares extremeños, y 1.295 millones de euros en recaudación para los ayuntamientos.
Para Olga García, consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, "este Plan es lucha contra el cambio climático, pero también es empleo, salud, bienestar, participación ciudadana, competitividad, avance tecnológico e innovación. Es, en definitiva, una palanca estratégica para nuestra región. Perseguimos que Extremadura se posicione como una región líder en la transición energética, tanto a nivel estatal como europeo".
Extremadura tiene actualmente en construcción 1.852 MW en 25 instalaciones fotovoltaicas, cumpliendo así con el objetivo de poner en servicio al menos 1.000 MW al año, al tiempo que se están tramitando otros 155 proyectos de instalaciones renovables con una potencia superior a los 5.500 MW. Además, en lo que llevamos de 2021 se han autorizado 444 instalaciones de autoconsumo, un 14% más que en 2020.
En este contexto, el aumento de la generación renovable en Extremadura durante el año pasado se explica, por una parte, en el notable incremento de la producción solar fotovoltaica, que se duplicó con respecto a 2019 a consecuencia de la puesta en marcha de 12 nuevas plantas. De este modo, cerca del 40% de la generación de energía eléctrica renovable en Extremadura fue obtenida a partir de instalaciones solares fotovoltaicas.
En el caso de la energía hidroeléctrica, Extremadura es la tercera comunidad con más potencia, tras Galicia y Castilla y León, con 12 centrales que representan 2.200 megavatios instalados. Esta tecnología también aumentó considerablemente en 2020, ya que la generación hidroeléctrica creció un 34,2% debido a que fue un año más lluvioso que el anterior. Aunque con menor impacto en el cómputo total de la generación renovable, también se registraron incrementos en la producción de la generación eólica, un 27,67%, y en la de la térmica renovable de biomasa y biogás, un 11,93%.
En este sentido, para finales de esta década, el objetivo es que el 100% de la electricidad que se genere en Extremadura provenga solo de fuentes renovables y que la región llegue a cero emisiones netas. De cumplirse, supondrá que Extremadura alcanzará la neutralidad climática 20 años antes de lo previsto para el conjunto de España.
Clave en la transición energética
El papel clave que Extremadura juega en la transición energética de España ha quedado demostrado en el hecho de que Cáceres será la sede del Centro Nacional de Investigación y Almacenamiento de Energía (CNIAE). Concretamente, un terreno de la Finca El Cuartillo, propiedad de la Diputación cacereña, ha sido el lugar elegido por el Ministerio de Ciencia e Innovación para albergar este centro que cuenta con un presupuesto de 70 millones de euros y estará terminado en 2023.
El CNIAE será un eslabón esencial en las inversiones de la Administración General del Estado en el ámbito del hidrógeno verde y contribuirá a las políticas nacionales de la transición ecológica y del reto demográfico, así como las europeas del New Green Deal. Se instalará sobre una superficie de 120.000 metros cuadrados y constará de tres edificios: el principal, la planta piloto de infraestructura científica y técnica y la incubadora. Asimismo, se hará una fuerte apuesta por la formación de profesionales de la industria en esta materia.
De este modo, no se trata de un centro donde se vaya a almacenar la energía, sino donde se van a investigar formas más eficientes de almacenamiento energético, desde la creación de hidrógeno y su transporte hasta las tecnologías de baterías emergentes. Su objetivo también es generar un polo de atracción que permita que se instalen industrias, además de interesar a científicos y estudiosos.