
Hace unos días Facebook reconoció haber inflado las métricas de vídeo durante los dos últimos años. Un hecho que provocó el enfado de los anunciantes de EEUU exigiendo a la tecnológica una auditoría de sus métricas. Sin embargo, Facebook no es la única plataforma que tiene problemas a la hora de medir el alcance de los contenidos publicitarios.
Hoy día, los anunciantes todavía no cuentan con un criterio exacto que les permita medir cómo están funcionando sus anuncios en las redes sociales. En este sentido, Digiday ha realizado una análisis sobre el estado actual de las métricas que ofrecen Snapchat, Twitter y Pinterest.
-Snapchat: El incremento de la publicidad en Snapchat será clave para ver si finalmente sale a bolsa, para lo cual ha construido una API y ha cerrado acuerdos con 10 compañías de medición como Nielsen, Moat y Oracle Data Cloud para hacer un seguimiento de la visibilidad y el alcance de la publicidad. Y es que todo apunta a que en el próximo año, la app del fantasma obtendrá 1.000 millones de dólares por ingresos publicitarios, según un estudio de eMarketer. Sin embargo todo está por ver ya que Snapchat todavía no recopila muchos datos de los usuarios, lo que limita a su vez la forma en la que los anunciantes se dirigen a ellos.
-Twitter: El nuevo rumbo de Twitter para convertirse en una plataforma de streaming parece que está dando sus frutos tras la buena acogida que tuvo entre los usuarios el streaming de la NFL. Un cambio de estrategia que le sirve a Twitter para compensar la falta de métricas para la publicidad. Y pese a que dispone de Nielsen y Moat para medir el alcance y la visibilidad de las campañas publicitarias, Twitter todavía no ofrece métricas del alcance parcial de los anuncios en vídeo o de cómo están funcionando los anuncios cuando cae la audiencia.
-Pinterest: En comparación con Snapchat y Twitter, Pinterest está muy por detrás en cuanto a ingresos publicitarios -ingresó 100 millones de dólares por publicidad en 2015-. La razón que explica esta situación se debe a que la red social obliga a los anunciantes a utilizar su propio pixel de conversión, lo que limita a su vez la recogida de datos.