
Dos son las estrategias que ha defendido Madrid desde que comenzó esta segunda ola. Huyendo de cualquier método que castigara en exceso a la actividad económica, el Ejecutivo de Díaz Ayuso siempre defendió confinamientos quirúrgicos con salvedades y una política de testeo basado en pruebas rápidas de antígenos que evitar la tardanza de las PCR cuando los sistemas sanitarios se colapsan por la cantidad de contagios. Con ello, la Comunidad de Madrid ha reducido la incidencia acumulada del coronavirus de los 746 casos por cada 100.000 habitantes del 21 de septiembre hasta los 356 de ayer, un 60% menos en un mes y medio.
El ritmo de descenso, sin embargo, ha perdido fuerza en los últimos días. La gran parte del descenso descrito se produjo en las primeras semanas de restricciones y los propios técnicos de la comunidad decidieron ayer mantener las restricciones en los mismos barrios que lo sufren desde hace quince días (35 zonas básicas de salud) y ampliarlo a ocho zonas nuevas. Con todo, ha pasado de ser el epicentro de Europa a la quinta mejor comunidad autónoma de España en incidencia acumulada.
Expertos en Salud Pública como José Martínez Olmos explican también que el tiempo juega a favor de Madrid. "Comenzaron antes que nadie con las medidas debido a la presión que tenían, llevan más de un mes con ellas, y eso tiene sus frutos. Eso sí, aún les queda hasta llegar a alrededor de 25 casos por cada 100.000 habitantes", dice. Decisiones más postreras como el toque de queda también han ayudado a contener la pandemia, asegura este experto. Muchos de los contagios, la mayoría, se producía por fiestas nocturnas entre los más jóvenes, según se manejan en los datos oficiales. No en vano, es el grupo de edad en el que menos cae la incidencia.
Madrid defiende su estrategia. "Las medidas restrictivas quirúrgicas en las zonas con mayor transmisión tienen un impacto directo en la reducción de la transmisión, pero que cuando se amplía la restricción de la movilidad a zonas más amplias la realidad es que hay más movilidad y puede aumentar la transmisión de la enfermedad", inciden desde la Consejería.
Además, Madrid ha sido pionera en el uso de los test rápidos de antígenos. Ante el colapso de la atención primaria y los laboratorios, estas pruebas se han erigido como solución para evitar retrasos en la comunicación de un contagio y facilitar así el confinamiento y el rastreo. En la semana del 23 al 29 de octubre (últimos datos oficiales), la comunidad realizó 192.588 test (lo que supone un incremento semanal del 8%). De ellos, alrededor del 70% fueron los nuevos test de antígenos desarrollados.
Con una fiabilidad que se asemeja a las PCR, según el propio Ministerio de Sanidad, permiten identificar un caso en 15 minutos, mientras que en los momentos de presión asistencial como ahora las PCR tardan entre 3 y 4 días en dar los resultados. Precisamente con esta técnica diagnóstica es donde Madrid denuncia haberse encontrado con un nuevo freno del Gobierno. Isabel Díaz Ayuso quiere habilitar a las farmacias como puntos sanitarios donde se realicen test para poder realizar más pero el ministerio todavía "lo está analizando".