Posibles buenas noticias de cara al verano en la lucha contra el coronavirus. Según un estudio de la la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha confirmado que el virus, el SARS-Cov-2, se transmite peor cuanto mayor es la temperatura media de la zona. Un descubrimiento que, en principio, indicaría una mejora de la situación en los próximos meses por la llegada del verano.
El estudio de las dos instituciones comparó la tasa de contagios por cada 100.000 habitantes en las diversas CCAA entre el 25 de marzo y el 6 de abril. En todos los casos, vieron que los contagios se reducían según aumentaba la temperatura, y viceversa, un patrón muy claro.
En concreto, las temperaturas más altas se dieron en Canarias, Andalucía y Baleares, donde menos contagios hubo, mientras que el mayor frío se pasó en La Rioja, que lideró la tasa de nuevos contagios. En ese sentido, la alta humedad también ayudaría a frenar los casos.
Ese mismo resultado se pudo ver en distintos estudios internacionales, a diferente escala, como en China, donde los contagios fueron inferiores en las pronvincias de mayor temperatura media.
El estudio concluye que la llegada del verano "podría reducir efectivamente la transmisión de COVID-19". Aunque deja bien claro que no se detendría del todo, sino que meramente se frenaría. En concreto, la humedad, el calor y los mayores rayos ultravioletas acelerarían la degradación de los virus expulsados por los infectados al toser, reduciendo el tiempo en el que pueden contagiar a otros.
Aun así, los expertos insisten en que no será una solución mágica y que será necesario mantener las medidas de protección básicas. Además, advierten de que la contaminación, entre otros elementos, aumenta el daño provocado por el virus, lo que supone un problema en las grandes ciudades.