
Es muy posible que llegue un día en que los vehículos clásicos más imponentes de la historia del automóvil solo puedan admirarse en los museos. Convertirlos en eléctricos puede hacer que sigamos viéndolos rodar por las calles y carreteras, aunque su "esencia" no sea la misma.
Las estrictas normas medioambientales actuales y las que seguramente vendrán, dibujan un futuro incierto para algunos automóviles que ya son historia y un porvenir muy negro para otros que tendrán difícil convertirse en clásicos. Afortunadamente existen soluciones para preservar ese legado histórico, aunque a un precio muy elevado que lo hace accesible solo a una élite: convertir los vehículos clásicos más emblemáticos en eléctricos y así eliminar de un plumazo todas las restricciones que puedan caer sobre ellos en términos medioambientales. Una práctica que añade un nuevo y sorprendente atractivo "eco-friendly" a muchos coches clásicos, desde los más exclusivos hasta los más populares, ya sea un 600 o un exclusivo Aston Martin,
Hace siete años, en la primavera de 2018, la boda del Príncipe Harry de Inglaterra y su esposa Meghan Markle tuvo una repercusión mediática que fue más allá de la prensa rosa. Su primer trayecto en coche, ya convertidos en marido y mujer, lo hicieron a bordo de un espectacular Jaguar E-Type roadster de 1968 perfectamente restaurado, pero no se trataba de un clásico cualquiera. Era el Jaguar E-Type Concept Zero, una conversión a eléctrico del precioso descapotable realizada por la propia Jaguar y presentado solo unos meses antes. Ni ruido, ni emisiones y una potencia de 300 CV con una autonomía de 270 km, además de un interior que era una perfecta combinación del diseño clásico adaptado a las nuevas tecnologías. Solo unos meses después Jaguar, a través de su división Classic, anunciaba que cualquier propietario de un E-Type podría instalar el kit de conversión a eléctrico desarrollado por la marca. Una conversión que es totalmente reversible y permite volver a hacer del Jaguar un deportivo de combustión con su motor original.

Reino Unido y USA, a la cabeza
El estado de California fue pionero en su política medioambiental de emisiones y hace ya muchos años que empezaron a proliferar pequeños talleres que hacían conversiones de clásicos como el Volkswagen escarabajo o las furgonetas Volkswagen T1 y T2 a eléctricos. Eran transformaciones con una autonomía limitada pero que abrieron el camino para que algunos coches tuvieran una nueva vida de "emisiones cero". Poco después surgieron los buggy, también eléctricos, y las conversiones de modelos míticos como el Ford Mustang y los 4x4 más famosos.
En un país con tanta cultura del automóvil y que preserva su legado histórico como Reino Unido, han surgido infinidad de empresas que se dedican a realizar estas transformaciones, sobre todo después de que algunas marcas como Jaguar o Aston Martin ofrecieran a sus clientes convertir sus coches a la electricidad. La marca preferida por James Bond, a través de su división Heritage EV, brinda a sus clientes convertir sus exclusivos clásicos en eléctricos. El primero de ellos fue un espectacular DB6 Volante al que siguió el modelo cerrado.
De las empresas especializadas en dar una nueva vida eléctrica a los clásicos más exclusivos, la más conocida es Lunaz, de la que es socio David Beckham. Sus conversiones incluyen una exquisita restauración previa de todos los coches antes de colocarles su nuevo sistema de propulsión. Fundada en 2018, su primera transformación fue un Rolls Royce Pahntom V de 1961, cuyo coste final, incluyendo la restauración completa del coche y su conversión a eléctrico fue de casi 400.000 euros. Casi el mismo precio que el Jaguar XK 120 roadster de 1954, también convertido en eléctrico, que el propio Beckham regaló a su hijo Brooklyn el día de su boda.


Otras empresas también británicas y dedicadas a estas conversiones no se han especializado solo en marcas de su país. Es el caso de Everrati y sus espectaculares Porsche 911 eléctricos y Ford GT40.

Mucha más variedad ofrece Electrogenic que ha hecho que el Citroën DS "tiburón" sea todavía más silencioso, al igual que el Mazda MX-5 de primera generación o el mítico DeLorean.

Esta empresa también está realizando una prueba piloto con el ejército británico y han convertido cuatro Land Rover Defender Diesel militares a eléctricos 100% para estudiar la viabilidad de estos vehículos en las fuerzas armadas.
La alemana RUF, famosa por sus restauraciones y preparaciones de Porsche, también se encarga de convertirlos en eléctricos. Precisamente los 4x4 clásicos son algunos de los más fáciles a la hora de realizar esta transformación y los Land Rover Series II y III son los preferidos por muchas de estas empresas y por los clientes, sobre todo del Reino Unido.
La única "pega" que se le puede poner a estos clásicos eléctricos es que, en la mayoría de los casos, la recarga es de la denominada "semirrápida" o Tipo 2, en corriente alterna, por lo que rellenar sus baterías suele ser bastante lento, con una potencia máxima de 6,6 kW.
Algunas empresas como Electrogenic, ofrecen la posibilidad de recarga rápida Tipo 3 en sus modelos, pero no especifican con qué potencia. El uso de estos coches suele ser para trayectos cortos y la recarga no es un inconveniente aunque la incorporación de componentes de marcas conocidas seguro que hará que cargarlos de una manera más rápida tampoco sea un problema.

También para clásicos populares
Esta tendencia también da un nuevo estatus de glamour a los modelos que en su día fueron baratos y asequibles como el Mini, los Fiat 500 y Panda de primera generación, el Renault 5 de 1972 o nuestro popular 600. Garage Italia Custom, empresa fundada por Lapo Elkann, uno de los herederos de la familia Agnelli, en su día propietaria de FIAT, ya empezó a hacer conversiones de los Fiat 500 clásicos, sobre todo las versiones playeras denominadas "Spiaggina" y de los Panda de los años 80 a eléctricos. En Reino Unido también son varias las compañías que ponen un corazón eléctrico en los antiguos Mini y en España la empresa Little Electric Cars realiza estas transformaciones de varios modelos, aunque uno de los más llamativos es su Seat 600, con una autonomía de unos 150 km.
Otras empresas españolas como eCoche y Electrum Cars también dan nueva vida a los modelos más conocidos. Incluso la popular Vespa tiene un kit para convertirla en eléctrica, desarrollado en España por la empresa sevillana Estoica Motor. Volkswagen desarrolló hace unos años un kit para el escarabajo a partir del conjunto motor-batería del ya desaparecido VW e-Up!, aunque el coste final de todo el kit y su instalación era realmente elevado. El principal problema de estas conversiones en vehículos "populares" es el alto coste de la homologación, especialmente en España, con una estricta normativa que limita cualquier modificación técnica de un coche, lo que hace que, al menos de momento, esta posibilidad sea algo al alcance de muy pocos.