
La capota textil de un cabrio le da el toque de elegancia y sofisticación que no tenían los ya casi desaparecidos cabrios de techo duro, pero hay que ser cuidadoso para mantenerla en perfecto estado.
Elegantes y con un componente de estilo de vida muy especial, los descapotables son cada vez más escasos desde que las marcas generalistas dejaron de ofrecerlos en sus gamas. Siguen existiendo, pero en marcas premium y en modelos de un tamaño y precio que los hace cada vez menos accesibles. Por eso hay que cuidar con especial mimo el techo de lona de nuestro cabrio, para que luzca vistoso y sin problemas de manchas, suciedad o estanqueidad.
Túnel de lavado ¿sí o no?
Es la primera duda y la respuesta inmediata seria no, con matices. Los rodillos del lavado automático pueden hacer una presión excesiva sobre la estructura de la capota y aunque hay algunos de estos sistemas que permiten regular la fuerza que ejercen, lo más recomendable es no usarlos. Si se utiliza alguna vez no pasa nada, siempre puede haber una emergencia que nos exija lavar el coche de esta forma, pero tanto los propios rodillos como los detergentes que usan los lavados automáticos, son bastante fuertes y no son los más adecuados para la conservación del textil de la capota.

Lo más aconsejable es lavar nuestro descapotable a mano y con elementos adecuados, un limpiador específico para la capota y un cepillo que no sea ni muy suave, porque no limpiará nada, ni muy fuerte para no dañar el tejido. En el mercado existen varias marcas de limpiadores para la capota con unos precios asequibles que están alrededor de los 15 euros y duran para, por lo menos, 15 lavados.
Lavado por partes y en la misma dirección
Lo primero que debemos hacer es tratar de aspirar o cepillar la capota para eliminar en la medida de lo posible el polvo y restos de suciedad que se hayan acumulado. Los descapotables están preparados para soportar que el agua les venga en sentido longitudinal y desde arriba, para asegurar su estanqueidad, por lo que debemos empezar con agua limpia, sin detergente, aplicando el rociador de delante hacia atrás y tratando de evitar que el agua a presión vaya de abajo a arriba en la zona de las ventanillas, porque en ese caso es posible que entre algo de humedad en el habitáculo debido a la propia presión del agua.

Cuando la capota ya está húmeda, aplicamos el producto limpiador y vamos cepillando con movimientos circulares y de delante hacia atrás, para retirar la suciedad que se haya acumulado en la propia textura de la lona. A continuación procedemos a aclarar con agua, también en la misma dirección, desde el parabrisas hacia atrás, hasta retirar los restos de espuma del limpiador que hemos utilizado. El siguiente paso es limpiar el resto del coche con total normalidad, con el rociador y el detergente del propio lavado o el que nos parezca más conveniente. Hay que procurar que no caiga sobre la capota ya limpia, aunque si salpica algo no hay problema porque podemos volver a aclararla cuando aclaremos las zonas de chapa.
Es importante no dejar que la capota se seque al sol, mejor dejarla en una zona sombreada y, por supuesto, no plegar el techo hasta que la lona no esté completamente seca. Si descapotamos en el techo todavía mojado, podrá acumularse humedad en los pliegues y se acelerará su deterioro. Los limpiadores para techos de lona, además de limpiar en profundidad, ayudan a mantener el buen aspecto del techo sin dañar su tejido. Merece la pena emplear un poco de tiempo en su cuidado o llevar el coche a que nos lo laven a mano, pero mejor si lo hacen con un producto específico para capotas.