
Se cumplen 70 años de un accidente que pasó a la historia en el que el actor estadounidense James Dean falleció cuando circulaba en su flamante Porsche 550 Spyder, junto a su mecánico alemán, de camino a una carrera a la que nunca llegó.
Se cumplen 70 años del que muy probablemente sea el accidente de tráfico más famoso de la historia: el del Porsche 550 Spider conducido, o quizá mejor dicho pilotado, por James Dean. Un accidente que se saldó con la muerte del legendario actor norteamericano y graves heridas de su copiloto, el mecánico alemán Rolf Wütherich.
Dean se había labrado ya un reconocido prestigio en la élite de Hollywood, con su fama de joven inconformista, de mirada melancólica y esos modales rudos, que vivió siempre deprisa y falleció trágicamente. El actor James Dean se convirtió de esta forma en leyenda en aquel fatídico otoño de 1955.

Lo cierto es que sus inicios no fueron fáciles, tuvo que luchar para hacerse un hueco en la vida. Su breve carrera como actor en Broadway llegó tras unos años de penurias y con una importante sequía laboral. No sería hasta 1955 cuando, con 24 años, conseguiría sus primeros papeles protagonistas en películas de Hollywood.
Al este del Edén (1955)
Con su comportamiento desafiante y a la vez apasionado y reservado, recordaba al personaje ficticio Caleb Trask, de la película Al este del Edén (1955), que él mismo interpretó. El reconocido director de aquel film, Elia Kazan, tuvo claro desde el principio que era el actor ideal para aquel papel. Dean era un personaje conflictivo en todos los ámbitos de la vida, que se movía entre la intensidad agresiva y la fría ecuanimidad. Cínico, pero también vulnerable al mismo tiempo. Todo ello marcó su forma de actuar ante las cámaras y su manera de vivir, siempre al límite.
Además de por su carácter conflictivo, también se hizo pronto muy famoso por su gran interés por las carreras de coches y por su admiración por los coches de la marca Porsche, que entonces estaba todavía en sus principios. Pero fue como un amor a primera vista. En aquel entonces Porsche era muy diferente a lo que es en la actualidad, un fabricante de coches deportivos de lujo.

Entonces, en los años cincuenta, Porsche era básicamente un fabricante de un coche, el 356 en sus diferentes variantes, con un enfoque deportivo innegable, pero también reconocido por sus coches muy rápidos de carreras. En aquellos años, los Porsche eran vehículos muy deportivos, pensados solo para expertos del volante, en los que no había un solo detalle de lujo o de confort.
Atracción por Porsche
Los vehículos deportivos más aerodinámicos de la marca de Stuttgart ejercieron desde el principio una atracción especial sobre James Dean. Eran rápidos y estilizados, emocionales y pragmáticos. Aquellos modelos se adaptaban a la perfección al estilo de vida inconformista del joven actor.
En esos tiempos, el actor se empeñaba en vivir deprisa, siempre al límite. Aunque se le prohibió practicar deportes de riesgo, James Dean entró a formar parte de la escena de la competición automovilística. Lo hizo participando en las carreras de la Costa Oeste y en otras pruebas locales al volante de su Porsche 356 Speedster.
Pero aquel coche se quedaba corto para las ambiciones del actor en el mundo del automovilismo, y en septiembre de 1955, Dean cambió su 356 Speedster por un 550 Spyder mucho más rápido. Un coche con motor central de 4 cilindros y pensado solo para las carreras. Porsche ya empezaba a ser considerada en Estados Unidos como un símbolo de estatus.
Ese coche llegó en un momento de éxito para el actor en el mundo del cine, en el que había dado grandes pasos en su carrera. Los estudios ya se peleaban por él para protagonizar las nuevas películas y su agente negociaba honorarios cada vez más elevados.
Un actor de éxito

El 30 de septiembre, con su flamante 550 Spyder, lleno de vitalidad y buen humor, emprendió un viaje a la localidad de Salinas. La Ruta 46 de California se adentraba en el valle de Cholame Creek, donde apenas unos pocos coches circulaban. En aquel momento, el pequeño Porsche 550 Spyder plateado, con su motor bóxer de cuatro cilindros y sus impresionantes 110 CV para la época, aparecía en escena. Era un peso pluma de 550 kg capaz de alcanzar los 230 km/h cuando se pisaba a fondo el acelerador. Ojo, una relación peso/potencia de 5 kg/CV en el año 1955.
En aquel fatídico viaje, Dean iba con el mecánico alemán Rolf Wütherich sentado en el asiento del pasajero. El mecánico le había recomendado a Dean hacer un cuidadoso rodaje al 550 Spyder, que apenas tenía unos días, antes de su primera carrera. Los 515 kilómetros que separaban Hollywood de Salinas eran perfectos para preparar el deportivo de motor central antes de su gran estreno en competición.
Pero el destino tenía otro final reservado para esta historia. Poco antes de las 6 de la tarde, el 550 Spyder con el número 130 pintado en su carrocería y apodado "Little Bastard" llegó al fatídico cruce donde la autopista 41 se bifurcaba hacia Fresno y se vio envuelto en un accidente con un Ford. El actor rebelde, de corazón salvaje, murió de camino al hospital.
Setenta años después, su leyenda de actor inconformista que siempre vivía deprisa sigue viva y envuelta en lo que algunos consideran una maldición.
Una miniatura como homenaje
Un taller especializado ha fabricado unas pocas unidades de una maqueta del coche a escala 1:8 que está acompañada por una figura del actor norteamericano. Una pieza de coleccionista hecha de forma artesanal de la que solo se han fabricado 30 unidades y cuyo precio es de 28.900 euros.

Es una pieza muy exclusiva, que mide 21 cm de altura que ha sido impresa con tecnología 3D y posteriormente montada y ensamblada a mano, con cientos de piezas. Posteriormente ha sido pintada a mano por artesanos en Venecia.
Ha sido un trabajo intenso que ha llevado más de 4.000 horas para el desarrollo de los moldes. Posteriormente, cada una de las 30 unidades fabricadas ha supuesto 400 horas de trabajo artesanal, de montaje y pintura. Está basado en el chasis 550-0055, más conocido como "Little Bastard", que fue propiedad durante un breve período del piloto de carreras amateur, James Dean.