
Skoda alcanza un nuevo hito en su historia con la fabricación de la unidad número cinco millones del Fabia, su modelo de entrada más emblemático. Pero más allá de la cifra, la noticia clave está en su futuro: el Fabia continuará fabricándose con motores de combustión modernos y eficientes incluso más allá de 2030, desmarcándose de la estrategia 100% eléctrica que adoptan otras marcas.
Con 117.100 unidades vendidas en 2024, el Skoda Fabia no solo es el tercer modelo más popular del fabricante checo (por delante van el Octavia y el Kamiq), sino también una pieza clave en su estrategia de accesibilidad y eficiencia. Desde su debut en 1999, el compacto ha crecido en tamaño, seguridad y tecnología y se ha convertido en uno de los pilares de la gama de la marca. Sus claves son su buena relación calidad-precio, practicidad y tecnología "Simply Clever" tan característica de Skoda.
La cuarta generación, actualmente en producción en la planta de Mladá Boleslav (República Checa), está construida sobre la plataforma MQB A0 del Grupo Volkswagen y ofrece motorizaciones de gasolina adaptadas a las normativas más exigentes. Esto incluye propulsores turboalimentados de bajo consumo que demuestran que la combustión interna todavía tiene recorrido en la transición energética. "Seguiremos fabricando el Fabia más allá de 2030", ha confirmado Andreas Dick, miembro del Comité Ejecutivo de Skoda Auto, dejando claro que, mientras otros fabricantes apuestan por abandonar el motor térmico o mientras otros modelos desaparecen o se transforman en SUV eléctricos, el Fabia se mantendrá fiel a su formato y propósito original.
Combustión sí, pero con eficiencia
La decisión de mantener versiones térmicas del Fabia se alinea con la realidad de muchos mercados donde la electrificación total aún no es viable. Skoda responde así a la demanda de un amplio espectro de usuarios que buscan vehículos accesibles, fiables y adaptados a infraestructuras aún en proceso de electrificación.
Además, la eficiencia de los motores actuales permite al Fabia mantenerse dentro de los límites de emisiones europeos, sin renunciar a una experiencia de conducción asequible y dinámica. Esta estrategia podría convertir al Fabia en uno de los últimos bastiones del motor de combustión en el segmento B generalista.