
La conducción eficiente puede llegar a reducir el gasto de carburante entre un 30% y un 50% según nuestro estilo al volante. Respetar las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) no sólo aporta seguridad, sino que también alarga la autonomía de cada depósito y retrasa las visitas a la gasolinera.
Una conducción suave, con anticipación en aceleraciones y frenadas, y el uso adecuado de las marchas son la clave para conseguirlo.
Para optimizar el consumo, la DGT aconseja engranar la marcha más larga posible sin superar los límites de velocidad. Así, antes de alcanzar los 50 km/h resulta recomendable ir en cuarta o incluso en quinta marcha.
Sólo en arranques cuesta arriba conviene apurar una relación más corta para ganar impulso. Mantener el motor a bajas revoluciones reduce el esfuerzo del propulsor y, por tanto, el consumo de combustible.
La velocidad para ahorrar, según la DGT
La velocidad también influye de forma decisiva: la DGT afirma que "el consumo ideal de combustible se da a 90 km/h" y que a "120 km/h el consumo se incrementa un 30%".
Además de razones de seguridad, también hay razones de consumo para no conducir a más #velocidad de la debida.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) July 27, 2021
El consumo ideal de combustible se da a 90 km/h.
Si aumentas a 120 km/h, el consumo se incrementa un 30%.#MejorMásDespacio? pic.twitter.com/8uFwfrqJ5w
Aunque muchos usuarios preguntaron si esos 90 km/h son adecuados en autovías, Tráfico aclaró que esa cifra corresponde a vías convencionales, donde el máximo son esos citados 90 km/h.
En autopistas y autovías, por seguridad y para no entorpecer el tráfico (artículo 49 del Reglamento General de Circulación), el mínimo legal es de 60 km/h, y circular por debajo se sanciona con 200 euros.
Además de mantener un ritmo constante entre 90 y 100 km/h también deberás evitar aceleraciones y frenazos innecesarios, dos acciones que disparan el gasto al exigir un mayor esfuerzo al motor. El control de crucero resulta de gran ayuda para sostener esa velocidad de crucero sin tener que estar pendiente del acelerador y el freno.
Por último, es fundamental conocer el rango de revoluciones en el que el motor ofrece su par máximo, generalmente entre 1.500 y 3.000 rpm.
Asimismo, cambiar de marcha demasiado pronto hace que el coche pierda fuerza, obligando al motor a "remontar" las revoluciones. Hacerlo tarde, somete al propulsor a un régimen alto, incrementando el consumo.
Consultar el manual de tu vehículo te ayudará a situarte siempre en la franja óptima y, con ello, maximizar cada litro de combustible.