
El mercado chino ha expandido su negocio por todo el mundo en muy poco tiempo. De hecho, cada vez son más las empresas que dan el paso al mercado extranjero en una maniobra clara de control internacional.
China es, a día de hoy, el mayor mercado automovilístico del mundo. No contentos con ello, muchas de sus compañías buscan otras regiones con el objetivo de ampliar su dominio.
Entre todas ellas, BYD es la que más está dando de qué hablar gracias a sus innovaciones tecnológicas, como la plataforma de carga ultrarrápida en 5 minutos, y su considerable crecimientos en los últimos años.
Sin embargo, ahora esta evolución meteórica se detiene en seco debido a una decisión política adoptada desde el Gobierno de Xi Jinping, aunque el motivo es lo suficientemente justificativo, a su modo de ver, para frenar el avance de la compañía.
China y el espionaje de Estados Unidos
Actualmente, BYD es el mayor vendedor de coches en China. Y no sólo eso, su extensísima gama ya coloniza mercados enteros como el europeo, el sudamericano y el propio asiático.
La expansión de la marca ha sido tan eficaz como rápida. No ha sido un trabajo sencillo ni mucho menos, pero hasta la fecha nada ni nadie parecía ser capaz de pararlos. Ni siquiera los aranceles fijados por el Parlamento Europeo. Nada ni nadie, hasta ahora.
A finales de este mismo año, BYD tendrá puesta a punto la primera de sus fábricas en Europa, concretamente en Hungría. Y aunque no está ni acabada aún, desde la compañía asiática no sólo es que estés ya construyendo otra para 2026 en Turquía, sino que también están planteándose el levantar una tercera, con Alemania como principal favorita.
Más allá de Europa, Brasil e Indonesia han recibido plantas similares y, desde 2023, el fabricante ha transmitido un gran interés en establecer una planta de producción en México, un punto estratégicamente fundamental.
Sin embargo, el problema para BYD es que el país centroamericano está muy cerca de Estados Unidos. El Gobierno liderado por Xi Jinping teme que los estadounidenses se apropien de la tecnología china dada la cercanía a la frontera.

No es ningún secreto para nadie que el mercado de los coches eléctricos americano languidece desde que Donald Trump está en el poder. Los norteamericanos apuestan como principal opción a Tesla ante la ausencia de rivales.
BYD podría ser un más que digno competidor para la compañía de Elon Musk en el país estadounidense. No obstante, el clima político existente entre Estados Unidos y China complica aún más la llegada del fabricante.
Entre las decisiones adoptadas por Trump para proteger su industria, algo a lo que el líder norteamericano está decidido, destaca el declarar a empresas chinas como CATL, compañía tecnológica especializada en la fabricación de baterías, como empresas militares.
Es más, en varias ocasiones el Presidente de los Estados Unidos ha acusado a México de ser "una puerta trasera" para que los productos fabricados en China lleguen con mayor facilidad a los usuarios americanos.
De hecho, y según informaciones del Financial Times, el Ministerio de Comercio de China, a instancias de su presidente, ha retrasado la aprobación de la fábrica de BYD en México. Un autorización vital para los intereses de la empresa.
Relacionados
- Francia da el primer paso para despedir las ZBE: la Asamblea Nacional vota a favor de la eliminación de las restricciones en todas sus ciudades
- La subida del diésel es inminente: lo que pagarás de más al repostar y cuándo entrará en vigor el impuestazo
- Calendario de la Renta 2024-2025: las fechas para presentar las declaraciones por Internet, teléfono y presencial
- La DGT avisa a los conductores que circulen solos en el coche: "El futuro del tráfico será compartido o no será"