
Gran parte de los accidentes de tráfico son debidos al consumo de alcohol por parte de los conductores. Se trata de uno de los factores de riesgo más comunes y está presente en casi el 50% de los accidentes mortales. Esta sustancia reduce la capacidad de reacción y se toman peores decisiones por lo que no es compatible con la conducción.
Para evitar que los conductores ebrios circulen por las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico, realiza controles de alcoholemia a diario donde se comprueba el nivel de alcohol en sangre y si es necesario se retira al implicado de la vía reteniendo el vehículo. Como indica la agencia en su página web: "si beber y conducir se convierte en algo habitual, que el accidente se produzca es una mera cuestión de tiempo. La única tasa realmente segura es 0,0 g/l."
El nivel de alcohol en sangre permitido varía según diferentes factores. En conductores noveles y profesionales dedicados a la conducción, la tasa permitida en sangre no debe superar los 0,3 g/l y los 0,15 mg/l en aire espirado. Para el resto de conductores, el alcohol en sangre debe ser inferior a 0,5 g/l y en aire espirado un 0,25 mg/l. Todo aquello que sea supere estas cifras se considerará una infracción.

La medición se realiza mediante un dispositivo denominado etilómetro, un método utilizado en los controles policiales y que arroja el resultado de la cantidad de alcohol en el cuerpo a través del aire que sopla el conductor al interior del aparato. El alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes.
Como explica la página web de la DGT, una persona con un nivel de alcoholemia de 1g/l puede necesitar entre 6 y 10 horas para que su nivel de alcoholemia baje del nivel máximo permitido. Aún por debajo del límite legal, el riesgo de accidente puede verse ya incrementado. Por ello, lo mejor es evitar conducir después de haber consumido cualquier cantidad de alcohol.
Pero esto se ha acabado ya que Tráfico ha lanzado una nueva herramienta de medición. Este novedoso alcoholímetro permite detectar la tasa del alcohol sin la necesidad de soplar. Se trata de un aparato que mide estos parámetros simplemente acercándolo a la boca del conductor. De esta manera, aquellas personas con dificultades respiratorias o excesivamente ebrias podrán realizar la prueba sin problema.
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