En 2024, las transformaciones de coches de combustión a Gas Licuado de Petróleo (GLP) han aumentado en 2024 casi un 30% respecto al año anterior. Concretamente, un 29,6%, ya que han pasado de las 4.000 conversiones en 2023 a las 5.200 en el último curso.
Este dato, unido a los de años anteriores, sirve a la Asociación de Transformadores de Vehículos (ASTRAVE) como base para confirmar que la transformación a autogás se ha consolidado como una alternativa a la que cada vez recurren más personas, especialmente en los grandes núcleos urbanos.
Al hacerlo, los coches que requerían combustibles tradicionales, como la gasolina o el diésel, pasan a requerir parcial o completamente gas. Con ello, consiguen varios beneficios.
Por un lado, un ahorro económico, ya que actualmente el precio del autogás se sitúa por debajo del euro por litro, lo cual supone prácticamente una diferencia de medio euro por litro frente a otros combustibles.
Por otro lado, esta transformación implica una reducción de las emisiones de gases contaminantes, lo cual puede implicar una importante ventaja fiscal y legal.
En concreto, los coches gasolina que cumplan la norma EURO 4 (matriculados a partir de 2006) y los coches diésel que cumplan la norma EURO 6 (matriculados desde 2016) pueden conseguir la etiqueta ECO con la conversión a GLP. Es decir, los coches con etiqueta C que realicen esta modificación tienen derecho a obtener la etiqueta ECO, algo muy interesante en entornos urbanos, donde cada vez se están aplicando más restricciones ambientales a la movilidad.
Este tipo de transformación conlleva un coste no inferior a los mil euros. En consecuencia, recurrir a este método para obtener una etiqueta ECO es mucho más ventajoso si se compara con la adquisición de otro vehículo, tanto si se trata de un vehículo nuevo o de un coche del mercado de ocasión.