
La vigilancia de la velocidad en las vías se ha intensificado durante las últimas dos décadas con la instalación de nuevos radares. Si sumamos todos los que prestan servicio por tierra y por aire, la cifra supera los 1200.
En el año 2005 había unos 90 radares operativos en nuestras carreteras, en 2010 la cifra ascendió a 300. Actualmente, hay cerca de 800 puntos de control de velocidad gestionados por la Dirección General de Tráfico en vías interurbanas, según datos publicados en la Revista Tráfico de la DGT. Gracias a estos dispositivos, comentan desde Tráfico, se ha tenido un impacto directo en la siniestralidad vial en España durante estos últimos 20 años: 3.841 fallecidos en siniestros viales en vías interurbanas en 2004 y 1.273 en 2023, un tercio menos.
"La velocidad excesiva tiene una presencia elevada en los accidentes y una repercusión directa en la gravedad del siniestro. Y los controles fijos de velocidad y de velocidad media son muy eficaces para reducir los accidentes", ha señala Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de la DGT.
Radares fijos y de tramo
Actualmente, las autopistas, autovías y carreteras convencionales nacionales (excepto en Cataluña y País Vasco, donde las competencias del tráfico están trasferidas) están equipadas con 763 puntos fijos de control de velocidad, entre ellos 90 radares de tramo para medir la velocidad media de cada vehículo que recorre el tramo. Los radares se instalan sobre tres tipos de soportes distintos, situados en los pórticos sobre la calzada y en los laterales de la vía en cabinas y postes, en tramos de carretera con mayor siniestralidad.

Casi todos ellos (un 90%) son cinemómetros del tipo 'Doppler': son 'radares' propiamente dichos, cuya tecnología emplea ondas electromagnéticas para medir distancias, altitudes y direcciones… y velocidades de vehículos en movimiento, aclaran desde la revista Tráfico. El resto de los equipos (un 10%) emplea la tecnología láser: una línea de luz láser a lo largo de cada carril se proyecta varias veces sobre el vehículo en décimas de segundo y calcula su velocidad.
Todos estos equipos de medición de velocidad fijos funcionan con un margen de error mínimo (tan solo un 1%). Para garantizar que cumplan su cometido con la mayor precisión, cada año deben pasar por el Instituto Nacional de Metrología, que los revisa y calibra.
Junto a los radares fijos, la vigilancia y el control de la velocidad en las carreteras también se realiza a través de los 430 radares móviles operados por los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) en trípodes desde los márgenes de la carretera o desde coches patrulla: "Los agentes transportan los equipos en los coches patrulla, los instalan sobre trípodes o van camuflados en el mismo coche", explica un portavoz de la ATGC.
Nos vigilan desde el aire
A los radares fijos en las carreteras y móviles de la ATGC, se suman los radares aéreos de la Unidad de Medios Aéreos de la DGT operativos en 11 helicópteros, que recientemente se les ha dotado de cámaras digitales de mayor resolución, que en 2023 enviaron cerca de 20.000 propuestas de sanción por infracciones de los límites de velocidad al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA).

Los nuevos equipos están alimentados por energía solar y dotados de conectividad por redes 3G, 4G y 5G, de forma que es posible instalar radares donde son realmente necesarios, incluso en ubicaciones remotas. Asimismo, el desarrollo técnico de cámaras y flashes ha permitido captar imágenes legibles en condiciones de poca luz, dentro de túneles o incluso de noche.
Así trabaja el radar Pegasus
El helicóptero se posiciona sobre el vehículo para mantener visión directa. Piloto y operador actúan coordinados. Pegasus lleva instaladas cámaras de alta definición: una panorámica, que sigue el vehículo y capta su velocidad, y otra con teleobjetivo, que lee la matrícula. Cuatro son los momentos clave en el momento de captar una infracción por velocidad:
1-Partiendo de la posición del helicóptero, un GPS calcula las coordenadas del vehículo.
2-Un telémetro láser mide la distancia exacta entre el helicóptero y el vehículo.
3-Con las posiciones sucesivas, sabe su velocidad. El sistema mide cada tres segundos y calcula la media. Puede detectarse entre 80 y 360 km/h.
4-La infracción queda grabada y se tramita por vía telemática.