Motor

El sector de la automoción pide incentivos para la demanda de coches eléctricos y evitar las sanciones

  • Aseguran que si no se acompasa con la oferta reducirán la producción de vehículos de combustión

La industria del motor advierte a la administración pública, tanto a nivel nacional como europeo de que el punto a tratar de modificar en el mercado de vehículos debe de ser la demanda. El descompás existente con la oferta de coches eléctricos está haciendo que las firmas automovilísticas sigan vendiendo más vehículos de combustión. Por eso, desde el sector claman por incentivar a los consumidores hacia la movilidad eléctrica o, de lo contrario, dicen verse obligados a reducir la producción de las alternativas tradicionales para evitar las multas.

Así lo han expresado los ponentes de la mesa redonda organizada por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (SBEES) en las que han estado presentes representantes de Seat, Ford, y de las tres principales patronales del sector: de fabricantes (Anfac), de proveedores (Sernauto), y de concesionarios (Faconauto).

"O vendes más vehículos eléctricos o menos de combustión, y ahí es donde se pone en riesgo la cadena de producción, los puestos de trabajo... pero es que si no, nos enfrentamos a multas millonarias", declaró la presidenta de Faconauto, Marta Blázquez. Natalia Turón, secretaria general y directora de estrategia corporativa y de sostenibilidad de Seat, personalizó el caso de la marca: desde grupo Volkswagen hemos impulsado una inversión de 10.000 millones de euros, y desde Seat gestionamos unos 3.000 millones en instalaciones industriales y destinamos unos 300 millones a la creación de una planta de celdas para baterías. Pero si la demanda no está en este tipo de productos, aumentar los coches de combustión no es la solución. De hecho, tendremos que reducirla".

Las sanciones impuestas por la Unión Europea por emisiones alcanzaron el año pasado los 15.000 millones de euros, según declaró Luca de Meo, CEO de Renault y presidente de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA). De ahí que las firmas sean cada vez más reacias al vehículo tradicional, a pesar de que siguen siendo los más vendidos. En el caso de España, en lo que llevamos de año (hasta septiembre) se han vendido más de 80.000 electrificados, lo que confirma el estancamiento de estos modelos, ya que apenas crecen un 0,6% respecto al año anterior y la cuota de mercado es de algo más del 10%.

Por ello, Fernando Acebrón, director de relaciones institucionales de Ford Iberia, apuntó a la regulación como uno de los puntos de mejora de la Unión Europea si quiere que el motor siga siendo una industria competitiva ante el auge del vehículo chino: "Somos uno de los sectores más regulados, pero antes de aplicar las reglas del juego, se debería comprobar cómo va a afectar al sector y qué consecuencias va a tener", explicó.

De ahí que el director de Anfac, José López-Tafall replicara que la UE está "dando bandazos" y centrándose más en "cumplir objetivos en lugar de descubrir por qué no los hemos alcanzado", dijo. Espetó a los organismos europeos no tener una continuidad en los planes de industrialización como sí tiene Estados Unidos o China, argumento con el que coincidió José Portilla, el director general de Sernauto: "Aquí, desde que la Comisión plantea un reglamento y llega a los países pasan casi dos años, mientras que en China en un plazo de cuatro años ya tienen a vehículos circulando".

Aranceles a China

Por ello, ninguno de los representantes del sector de automoción defendió la medida arancelaria para la importación de vehículos eléctricos chinos: "China aporta un riesgo competitivo importante, pero la fortaleza de la industria europea está en el justo y libre comercio" aseguró López-Tafall.

Aunque la llegada de estos modelos pueden considerarse una amenaza a las ventas de la industria europea, desde el sector lo ven más "como una oportunidad", ya que, según Turón, "si los chinos quieren vender aquí, también se tendrán que instalar y jugar con las mismas reglas".

De esta manera, el motor europeo defiende que estas medidas proteccionistas junto a las duras sanciones propuestas y que aumentarán en 2025 están ahuyentando la inversión, lo que provocará un desarrollo "mucho más lento" del vehículo eléctrico.

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