
Para dar nueva energía a un compañía como Caterham que solo producía un modelo (con múltiples variantes mecánicas) su nuevo propietario japonés ha pensado que lo mejor era… crear un deportivo eléctrico.
"A ver, di un modelo de coche que se haya vendido en Europa durante 50 años, con el mismo diseño…". "No, ese no…; tampoco, ese tampoco". Ni el Citroën 2 caballos, ni el Volkswagen Beetle: pero sí Caterham. Y aún más años, si se considera que el modelo por el que es conocida la marca británica no era sino una réplica de un Lotus.

Medio siglo más tarde,el deportivo se hará eléctrico
En el festival de la velocidad de Goodwood se presentó este verano un concepto de Caterham denominado Proyecto V. Durante 50 años, Caterham ha estado vendiendo la "experiencia suma de conducción", como anuncian en su web: "Puro, simple y divertido, un sofisticado contenedor de agarre, agilidad y buena pisada". Y quieren seguir haciéndolo con el Project V.

Puede parecer una broma lo de sofisticado, sin techo y sin puertas, con la imagen que uno tiene de Caterham, con su mínimo parabrisas. Pero el resto de cualidades claro que están, directamente heredadas del Lotus Seven de los años 60 en el que se inspiró. Los dueños desde hace 3 años, el importador para Japón de Lotus y Caterham con sede en Nagoya, VT Holdings, comprendieron que había llegado el momento de añadir algo moderno a la oferta. Llamaron a la puerta de sus paisanos de Yamaha, porque el encargo de Caterham fue… un motor eléctrico. El fabricante de motos (y de casi todo lo que se mueva), tenía ya 30 años de experiencia produciendo sistemas de propulsión para bicicletas eléctricas, ebikes completas y también creían que era el momento de llevarlo al automóvil.

Caterham pretende ponerlo en el mercado a principios de 2026, con un precio que arrancaría en 80.000 libras esterlinas (por debajo de los 100.000 euros). Han recurrido a primeros espadas para el desarrollo, porque si Yamaha hará el motor eléctrico de 200 kW (272 CV), Italdesign se ha encargado de que el concepto (y el futuro prototipo) tuvieran visos de realidad y puedan llevarse a la práctica en una versión de producción. El desarrollo del prototipo correrá a cargo de la ingeniería Tokyo R&D (con 40 años en el negocio) y debería presentarse a mediados de 2025.
"Ligero, simple y de conducción inigualable"
El CEO de Caterham lo tenía claro. También Colin Chapman, el padre de Lotus: en un coche la ligereza es la clave. El Project V tiene un peso de 1.190 kg. Tratándose de un coche eléctrico, con sus baterías, eso obliga a restar kilos en la estructura, que se ha realizado en una combinación de fibra de carbono y aluminio. La carrocería también está realizada en materiales compuestos. Mide 4,2 metros y puede alojar 2+1 ocupantes. Pretenden ofrecer un 2+2 en opción, aunque tratándose de un coche de talante tan deportivo, debería de interpretarse como que habrá hueco para uno o dos cascos y una bolsa de viaje. Ya solo el espacio y el techo ya lo harán mucho más práctico que el Caterham Seven para poder usarlo en el día a día.

El motor de Yamaha de imanes permanentes desarrollará 200 kW (272 CV), funcionando con 400 V. Lo alimentan dos baterías gemelas que suman 55 kWh utilizables, con una gestión térmica avanzada para poder soportar el trato duro de unas vueltas a un circuito sin decaer. Dispone de tres modos de funcionamiento, Normal, Sport y Sprint, que adaptan la potencia y la servodirección eléctrica.
La refrigeración también deberá hacer buen trabajo al recargar, porque declaran que puede pasar del 20 al 80% de carga en 15 minutos, lo que significaría recargar con una potencia media de 132 kW (soporta hasta 150 kW). En ciclo homologado el Project V permite recorrer 400 km entre recargas, mientras que la aceleración 0-100 km/h (estimada) sería inferior a 4,5 segundos, con una punta de 230 km/h.

Un cuadro de instrumentos digital y una proyección del móvil quieren dar muestra del minimalismo del Caterham. El interior pretende ser simple, pero no sabe resistirse a los relojes auxiliares o a los cerquillos de adorno. Ser coupé le obliga a aireadores y aire acondicionado y el precio pide sus revestimientos cuidados en las puertas, guarnecidos en Alcantara y pespuntes de contraste.

Caterham, el Ikea de los coches
Mucho años antes de que los suecos hicieran que el menos diestro aprendiera a montar los muebles con los que redecorar su casa, en Gran Bretaña podías comprar un coche y recibirlo en piezas, metido en un cajón de madera. En lugar de la inveterada costumbre británica de pasar el domingo lavando el coche a la puerta del garaje, Caterham ocupó los fines de semana de los entusiastas montado un Lego de tamaño natural, que podías matricular (Gran Bretaña es también otro mundo para las homologaciones y las ITV) y con unas sensaciones de conducción inigualables y. Incluso se podía elegir entre varias marcas y potencias el motor que se quería instalar.

Yamaha: un veterano (oculto) del automóvil
La petición de Caterham entronca perfectamente con Yamaha. El sector del automóvil ya sabía de sus conocimientos y no solo para aprovecharse de sus conocimientos de acústicas para desarrollar escapes y equipos de admisión. De una fábrica de Yamaha salió el primer deportivo de Toyota en el años 60, el 2000 GT. Yamaha desarrolló el motor 1.6 para los Celica de los '70 y para Ford hizo la culata del motor 1.7del Puma (no, no el Puma SUV actual, el otro Puma, el coupé de los 90). Y Toyota no solo volvió a confiar a Yamaha el desarrollo del V10 para su superdeportivo LFA, sino también a la hora de crear un motor que funcionara con hidrógeno, a partir del 5.0 V8 empleado por el Lexus RC F.
